44

577 43 3
                                    

Ha llegado el día de dar nuestra prueba para que la mafia confíe más en nosotros

اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.

Ha llegado el día de dar nuestra prueba para que la mafia confíe más en nosotros. Mis manos sudaban demasiado y eso que todavía no empezábamos.
Secuestraríamos a un policía.
"Secuestrar" se escucha ojete, así que digamos que lo tomaremos prestado.

«Eso se escucha más culero»

Tratando de olvidar que estaba a punto de hacer una cosa horrible entre a comisaría con mi uniforme y pasamontañas puesto.

Habíamos hecho un plan con el que si no la cagamos, saldrá muy bien. Este plan consistía en que uno de nosotros patrullaría con otro policía el cual sería secuestrado. Era un poco arriesgado ya que no teníamos que estar en servicio pero sí patrullar y los pendejos de mis amigos no querían ser los que enviarían a nuestro pobre compañero con una mafia, así que entre yo, la menos pendeja de los tres.

Saludé a todos intentando parecer normal, estaba que me cagaba.

—Os asignaré vuestra pareja para patrullar — habló Brown. La verdad es que él y yo no nos llevábamos muy bien que digamos, así que trataba de evitarlo para no armar ningún pedo, porque el morro era bien chillón.

Comenzó a nombrar a cada uno de nuestros compañeros junto con su binomio, hasta que llegó mi nombre. No entiendo como es que él tiene el mando de ordenar, tampoco es como si me importara mucho, de nuevo, no quería armar ningún pedo. Además, Jack no estaba, debía hacer algo a las afueras de la ciudad, así que intentaba controlarme.

—Raquel, iras con Leopoldo — trague grueso y asentí, buscando al nombrado y al próximo rehén de la mafia.

Leopoldo se acercó a mi, con timidez. Ahora lo reconocía, era nuevo, llevaba poco en el cuerpo, nos había tocado patrullar una o dos veces, era buen muchacho y yo estaba por llevarlo a con personas malas.

Estábamos a punto de irnos pero Brown me llamó.

—No estás en servicio — notó.

—Ah si verdad, que pendeja de mí— contesté nerviosa.

Di media vuelta y me dirigí al escritorio. Brown me estaba viendo, así que no me quedó de otra más que entrar en servicio, tendré que ver qué hago.

«No la cagues, Mónica»

El chico casi no hablaba, pero yo intentaba sacarle platica. Nos subimos a mi patrulla y comenzamos a patrullar. Mis manos sudaban e intentaba concentrarme en mi respiración para poder tranquilizarme, pero sentía que hasta la cola me temblaba.

Escuchamos la radio sonar, así que prestamos atención.

—Unos hombres se están peleando en una especie de taller abandonado, envío ubicación, no es tan importante, acudan solo los que estén cerca.

Eran mis amigos y nosotros avanzamos muchísimo para estar cerca del lugar, tal y como lo habíamos planeado.

—Acudiremos nosotros — respondí.

Me acerqué frenando el coche. Me baje del carro acompañada de Leopoldo. Y de repente, los disparos comenzaron.

Hice una ligera mueca y agache un poco mi cuerpo.
Horacio y Gustabo llegaron por atrás y fingieron secuestrarme para poder quitarme el uniforme y el pasamontañas, los demás estaban muy ocupados disparando hacia el novato como para darse cuenta.
Me cambie con tanta rapidez que hasta yo me sorprendí. Me pasaron mi paliacate, Horacio me acercó el sombrero de Pablito.

«No es el momento y el lugar para chillar»

—Creí que lo querrías— contestó.

Asentí sin decir nada y me lo puse. Ahora sí estaba lista.
Ocultamos la ropa y tome la radio. Sería raro que no avisáramos aunque sea con algunas pocas palabras.

—¡Necesitamos refuerzos, era una trampa!

Deje la radio prendida por unos segundos para que se escucharan los disparos. Escuche como nuestros compañeros se asustaron. Avente la radio al suelo y la pise, evitando cualquier comunicación, por lo menos por ahí.

«Ya no me puedo regresar ¿no?»

«Ya no me puedo regresar ¿no?»

اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.
No fear || Jack Conwayحيث تعيش القصص. اكتشف الآن