56

527 38 1
                                    

—No es tu culpa, Monita — escuche a mi padre a lo lejos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



—No es tu culpa, Monita — escuche a mi padre a lo lejos.

Mis ojos se empezaron a abrir buscándolo, pero era un sueño, volví a imaginarlo.

—¡Quiero a todos los putos doctores aquí! — bueno, ese grito no lo estaba soñando.

Había mucha luz en la habitación, los cerré un poco. Jack seguí gritando.

—Super, ya déjelos — pidió Horacio. Baje un poco mis ojos para poder ver la escena.

Justo afuera de la habitación estaba Conway gritándole a medio mundo mientras señalaba a todos. Las mangas de su camisa estaban dobladas hasta sus hombros y no traía corbata, mientras que Horacio iba con un conjunto negro.

—Estamos haciendo todo lo que podemos, tenemos más pacientes — trató de explicar el doctor.

—¡Me importa una mierda! Ella es de mayor importancia.

—Ay Dios, callen a ese señor — me queje con una sonrisa, viendo hacia ellos.

Se voltearon un poco sorprendidos pero no tardaron en venir casi corriendo hacia mí.
Jack me tomó de la mano mientras Horacio me abrazaba la cabeza dejando varios besos en la misma.

—Nos asustamos mucho — admitió Horacio.

Solté un suspiro acariciando la mano de Conway.

—Lo importante es que ya estoy vivita y coleando.

Vi a Volkov aparecer en la puerta.

Levantó las cejas y una pequeña sonrisa se mostró en su cara.

—Me alegro de que estés bien, Mónica — dijo, acercándose poco.

Le devolví la sonrisa y Horacio se apartó.

—¿Ya comieron? — pregunté, tratando de sentarme, pero Jack no me dejó.

—Venía por Horacio para que comiera un poco.

Horacio me miró como si me pidiera permiso, di un leve asentimiento y le sonreí.

—Nos vemos luego, Moni — me dio un beso en la frente y se fue junto a Volkov.

Conway estaba jugando con mis dedos, viendo hacia mi mano. Con la otra que tenía libre la pase por su cara para levantarla un poco y poder verlo a los ojos.
Se veía asustado y preocupado.

—Pudiste morir. Yo pensé que no te vería de nuevo — se sentó mejor en la silla en la que estaba y secó las pocas lágrimas que tenía en el rostro — cuando vi a Horacio casi cayéndose en la carretera, pensé que ya todo había terminado y que ambos estaríais bien, pero no fue así.

Me hice hacía a un lado en la cama para que quedara un espacio considerable para él. No tenía muchas cosas en mi cuerpo, solo un suero que estaba en mi lado izquierdo, por lo que pensé que no habría problema que se acostara conmigo.

Sin decir una palabra, entendió lo que quería y se acostó a mi lado. Me abrazo despacio y nos quedamos así.

—Me hicieron creer que Horacio había muerto — le dije ahora yo, recordando mis gritos y las amenazas que les di a los de la mafia — me dio tanto coraje ver a Gustabo ahí parado como pendejo y que no hiciera nada. No me molesto que no me ayudara a mí, pero ahí estaba Horacio, pudo decir algo, pudo hacer que no lo golpearan y que lo dejaran, pero le valió.

Nos quedamos en silencio. Solo se escuchaban nuestras respiraciones y el tenue goteo del suero o de lo que sea que me estaban poniendo por la intravenosa.
Las caricias que me daba Jack eran suaves y la verdad me gustaban.

—Horacio se encontrará con Gustabo en dos días — avisó — pidió que no lo siguiera, dijo que podía solo y todas esas mierdas, sabe que yo iré y no le quedó de otra que quedarse callado — soltó una risa corta.

—Yo también iré — se tensó un poco y empezó a mover la cabeza.

—Mónica... — empezó con tono serio.

—Y no me importa sí quieres o no, voy a ir.

—Mónica — repitió — fue mi culpa que te pasara esto, no me perdonaré si te pasa algo peor, no podría soportarlo.

—Jack — le dije ahora yo, en el mismo tono. Me voltee un poco con cuidado para poder verlo a los ojos, él hizo lo mismo y no pude evitar ponerme nerviosa al sentir la atención con la que me miraba — no fue tu culpa, no lo es. Iré...

—Iras con él — interrumpió, tomándome del rostro — eres demasiado terca.

Le sonreí y me acerqué un poco a su cara.

—Y aún así me quieres — le susurré en su boca. Me tomó con delicadeza del cuello y me besó con ternura.

 Me tomó con delicadeza del cuello y me besó con ternura

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
No fear || Jack ConwayWhere stories live. Discover now