Capítulo X: Te encontré

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Josslyn:

El pasado es mejor dejarlo en el pasado, al menos si no tienes la fuerza necesaria para salir y enfrentarlo. Porque cuando hay viejas cicatrices, las nuevas solo adornan el atractivo principal.

Así como a mí, a Lucas no le dolería nada más que la muerte de su hermana, esa era su vieja herida. Por lo que todas las cicatrices que yo pudiera provocarle, solo las contaría como ¨una más¨.

Eran las cuatro de la tarde cuando Noah se dignó a llamar, para avisarnos que todo fue una falsa alarma. Abrí la puerta de aquella pequeña habitación, en busca de aire que respirar fuera de esas cuatro asfixiantes paredes.

Mi rostro de alivio, era muy diferente al de Lucas. Él evitaba el contacto visual y la actitud relajada que había adoptado todo el día, se esfumó en un instante, dando lugar a la postura seria y fría de costumbre.

-Es mejor que olvides todo lo que pasó ahí dentro, Josslyn -dijo y pasó por mi lado sin más, perdiéndose de mi vista en cuanto entró a su habitación.

De un encierro a otro.

No me molestaba el hecho de que él me dijese que lo olvidara todo, sino su rápido cambio de actitud. La manera en la que quería obviar algo, que ya era un hecho. Pero bueno, esta no era mi guerra y ya me lo habían dejado más que claro.

Me escabullí en mi habitación, en busca de algo que hacer el resto de la tarde. Pues, mis planes de salir, estaban totalmente frustrados. Agarré mis espejuelos de la mesita junto a mi cama y el portátil, con mi cuenta de Wattpad abierta.

Tantee sobre qué libro escoger de los que tenía en la biblioteca, pero todos eran demasiado fuertes y sus tramas con giros dramáticos, no eran precisamente lo que necesitaba. Quería algo que me aportase calma, aunque sabía de sobra, que lo que ofrecía Wattpad, eran emociones fuertes.

Para ser sincera, ya me había rendido, no veía nada con las características que esperaba. Hasta que, de casualidad, me salió aquel escrito. No era una novela, solo palabras sin mucho orden lógico.

¨Perdón¨, ese era su nombre, el nombre de aquellos textos, que me dijeron lo que necesitaba escuchar. Que me explicaron las cosas que no tenían sentido, mostrándome que no hay que entender los sentimientos para sentirlos, que la luz llama a la oscuridad, como mismo la oscuridad a la luz.

Entendí que había dejado de resolver mis conflictos internos, para intentar controlar los de alguien más. Perdí mis ilusiones, regalándoselas a personas, que nunca me las devolvieron. Y así terminé mi tarde, embriagada con las palabras de un escrito que no paraban de rodar en mi cabeza.

...

Doce del mediodía y yo todavía estaba boca abajo, rendida sobre el suave colchón de mi cama. En uno de esos sueños pegajosos, que no quieres que nadie te quite. De los que disfrutas más que los cotidianos.

-Josslyn -sentí a lo lejos.

-Josslyn, levántate, por favor -oí un poco más cerca esta vez.

No dejaría que me despertasen. No ahora, que mi sueño era lo más lindo a lo que tenía para aferrarme. Así que con cuidado, moví mi mano en busca de algo que lanzar.

¿Qué haces? Solo levántate y ya está.

Una hoja, no, esto no sirve.

Pero para ya.

Shh, déjala, necesita encontrar algo que... anda mira, un tenis, perfecto.

Lancé el zapato, sin tener en cuenta la dirección ni nada, porque mantuve mis ojos cerrado durante todo el proceso. Pero no fue hasta que un gruñido de dolor, llegó a mis oídos, que me senté sobre la cama a ver quién era la víctima.

AzulWhere stories live. Discover now