III

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(Dato: en mi AU la historia no es la misma asique cambiarán algunas cosas, espero y no les moleste)

Despertaste y lo primero que viste fue a simba encima de ti gruñendo de una manera muy sobreprotectora.

Sospechabas que alguien había entrado a su territorio y eso lo puso a la defensiva, no lo culpabas ya qué sabias perfectamente que los machos que apenas entraron a la etapa adulta se ponen demasiado agresivos al percibir un olor no conocido.

Lamiste la mejilla de tu macho, el cuál reacciono al instante con un ronroneo pero sin quitar la vista de donde sea que haya persistido aquel olor que lo traía como loco.

-Simba...- Dijsite de una manera suplicante, ya sea por la falta de atención o porqué solamente querías que dejara de preocuparse tanto.

Obtuviste una mirada preocupada ya que seguramente pensó que estabas adolorido o pasaba algo.

-Peque... ¿te sientes mal?

-No... pero prestarme atención porfavor- Dijiste meneando tu cola de un lado a otro.

-Jeje lo siento, es solo qué hay un olor que no me gusta para nada.

-Quizás deberíamos ir a ver.

-No quiero qué estés en peligro peque, aparte no creo que te puedas mover mucho después de lo que hicimos jejej

Te sonrojaste con lo último que dijo pero el tenía razón, solo lamiste el hocico de éste para luego hacer que se acostara completamente en ti para que se tranquilizará con tu olor.

-Ire a ver, ¿vienes?

Asentiste ya que también te daba curiosidad saber lo que altero a Simba, un dato es que Simba al haberte tomado como suyo (y al seguramente estar preñado) tus sentidos disminuyen para dejar que tu macho sea el que se encargue de ti y seguramente de su cria este efecto solo dura aproximadamente un mes en lo que se desarrolla el vínculo permanente entre el macho y tú.

Salieron de la cueva y tu solo seguías a Simba el cual si lo veías mejor se veía muy diferente a como lo conociste, su caminar era más dominante, su olor más fuerte, había crecido de todos lados y se veía en su mirada qué significaba un peligro para cualquiera que se quiera acercar sin permiso.

Llegaron hasta el olor y Simba te detuvo para qué te escondieras en unos arbustos. El camino hasta el olor y pudiste ver como una leona salía, se quedaron mirando un rato hasta que la leona se abalanzó a tu macho.

-Simba!! ¡Dios porfin te encontró!

-¿Nala?

-Si Simba soy yo jaja.

-Jejej qué gusto verte otra vez- Dijo feliz y saliendo de él agarre de Nala ya que se le veía un poco incomodo con la posición antes realizada.

Viste como aquella leona lo olía, sabias perfectamente que ella ya había persivido tu aroma pero tuvo el suficiente descaro como para frotarse en simba y lamer su mejilla.

El mayor se veía bastante incómodo ya qué el ya te pertenecía, solo soltaste un gruñido qué escucharon aquellos dos leonés.

-Peque... ven- Dijo Simba con una hermosa sonrisa haciendo que la leona te vea confundida.

Caminaste hacia dónde estaban y viste que aquella leona retrocedía un poco, ya sea por tu olor que se volvió más intenso al mezclarse con el de Simba o la manera en la que caminaba retadoramente hacia ella.

Simba se restrego contra ti para luego juntar sus narices, haciendo que la leona quede en shock y tu pecho de llene de orgullo.

-Nala, el es mi peque, mi futuro esposo y papá de mis hijos- Lo dijo con una hermosa y radiante sonrisa.

Tu te sonrojaste hasta más no poder por lo que había dicho, mientras Nala solo los veía en shock.

-¡¿Te gustan los machos?!- Dijo Nala bastante alterada y gruñendo hacia tu dirección.

Tú sólo pudiste bajar las orejas y cola para luego esconderte alado de Simba el cuál desprendía una aura de enojó y protección.

-¿Tienes algún problema con que me guste otro macho? Porque hasta donde yo se no pedí tu opinión.

-Pero Simba... eso es de enfermos tus padres planearon qué tú y yo nos casemos y tengamos hijos, no tienes porque estar con alguien como el- Dijo con una expresión triste tratando de darle lástima a Simba el cual solo la miro mal.

-Nala si vas a estar aquí solo para criticar mis decisiones es mejor que te vallas y regreses al reino, diles a todos que no volveré y que mejor busquen otro heredero.

-Simba...

-¡Nala cállate!- Dijo enojado para luego dirigirse hacia ti y lamer tu mejilla y cabeza.

Supiste en ese instante qué quería que lo tranquilizarás asique te dejaste lamer, al igual que tu lo lamiste para tranquilizarlo.

Nala solamente pudo quedarse mirando y gruñendo dentro de su garganta.

Mientras Simba no quitaba su mirada asesina de ella y tú bueno tú sólo podías lamer la mejilla de este y tratar de qué le restara importancia a aquella leona.

Sin decir nada más aquella leona se quedó dormida en un hueco serca de algunos arbustos y Simba te cargó para llevarte hacia dónde habían instalado su pequeña cueva.

No sin antes saber si Nala no los seguía y efectivamente nunca los siguió asique siguieron caminando sin dirigir una sola palabra, no hacia falta pero lo que sabías era que muy pronto Simba dejaría de ser solo un leon para convertirse en rey...

(Perdón no tengo tanta inspiración, espero sacar otra historia y retomar el rumbo)

Sé Mi Rey [Simba Y Male Lector]Where stories live. Discover now