𝕄𝕦𝕥𝕖 ♧ 𝕁𝕒𝕪𝕨𝕠𝕟 ♧

LI

—Qué hija de puta— bramó Ni-ki, con todo su corazón, cuando terminó de escuchar la historia de Jay.

Sunoo y Jungwon alzaron las cejas ante el insulto, aunque Jay no estaba sorprendido.

—Bien, bien, siempre family friendly— Ni-ki rodó los ojos—. Qué descendiente femenina de la mujer del pueblo, ¿Va?

Jungwon tardó un segundo en reír, rompiendo la seriedad, haciendo que los demás tuvieran una mueca divertida.

—Eres raro— murmuró Jay; inconscientemente, buscó la mano de Jungwon para tomarla, entrelazando sus dedos—. Pero ahora puedo estar más tiempo con Jungwon, todo el tiempo, en realidad, Omma yang no deja que me vaya.

—¿Y qué hay de tu madre?— preguntó Sunoo.

Jay se encogió de hombros.

—Ella no puede hacer nada, ya soy mayor de edad, legalmente soy independiente— dijo.

Ambos asintieron.

—Nos preocupamos cuando no volviste a aparecer— murmuró Ni-ki, aunque su mirada fue un momento hacia Jungwon, en realidad, estaban más preocupados por el chico mudo que por la falta de Jay.

El mayor entendió el gesto, y también miró al pelinegro, encontrándose con esos ojitos como de perrito abandonado, Jay alzó las manos que tenían unidas, besando el dorso de la mano de Jungwon, y dedicándole una sonrisa.

—Lo siento— volvió la vista hacia los dos castaños—. No podía hacer nada, mi madre estaba con el celular encima todo el día.

—¿Ella veía todos los mensaje que te mandábamos?— preguntó Sunoo.

Jay asintió.

—Sip... Además de que seguramente revisó las conversaciones anteriores— Jay suspiró, incómodo—. ¿Recuerdan la vez que nos juntamos, y que Ni-ki y yo terminamos un poco ebrios?

Los otros dos tardaron un momento en recordar.

—¿Cuando Ni-ki comenzó a sacar fotos de todo lo que hacíamos?

Jay asintió.

—Y vídeos... Entre ellos uno mío vomitando— habló con una sonrisa vergonzosa.

Ni-ki abrió los ojos enormemente.

—No digas que los vió...

El rubio asintió.

—Bien, si tu madre vió esas cosas y sigues vivo, tienes la mayor suerte del mundo.