Capítulo 40

9K 576 90
                                    

Cierro mis ojos al sentir las caricias de Tarek en mi cabello

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cierro mis ojos al sentir las caricias de Tarek en mi cabello.

Anoche no me dejó dormir, aunque no intentó nada, solo estuvo hablando, podría decir que anoche habló más que todo el tiempo que me ha mantenido encerrada.

Y aún sigue hablando, yo solo me dedico a asentír, mirarlo o comentar algunas cosas; con tal de que no se enfade.

—Ya habíamos dicho un nombre.—Respondí sería.

—Lo sé, pero dijiste que podría ser niño.—Su mano bajó de mi cabello a mi rostro.

Me forcé a abrir mis ojos, ya que me encontraba en sus muslos, y verlo desde esa posición era incómodo... Para mí.

—¿Tienes algún nombre?

Me quedé pensando, si digo algún otro nombre, se preguntará de donde lo saqué, y sacará todo de contexto.

—Alexander, tu segundo nombre.—Murmuré mirándolo.

—¿Te gusta?

<No>

Pero tampoco me puedo arriesgar. Así que asentí con suavidad.

Su cabeza se inclinó hacía mí; juntando sus labios contra los míos. Sus manos tomaron con delicadeza mi rostro profundizando más su beso, su mano empezó a descender a mi cuello apretando levemente. Subí mi mano a su brazo que sostenía ahora mi cuello, con la intención de que se alejará de mi, pero al parecer él entendió otra cosa.

Ya que él mismo me separó, lo que aproveché para levantar mi cabeza de sus muslos. Cuando tuvo la intención de sentarme sobre él puse una mano en su pecho.

—¿Podemos seguir hablando? Me siento tranquila así.—Mentí.

Pareció pensarlo pero al final terminó asintiendo.

Siguió conversando más cosas triviales, entre ellas; el futuro de nuestra “relación”

Ni siquiera teníamos una maldita relación, no eramos novios, ni amigos.

Nuestra relación solo se basaba en:

Secuestrador, y secuestrada.

No había nada más que eso, tampoco habría nada más.

Había leído muchos casos cómo estos, donde al final se terminaban enamorando de su secuestrador.

Pero esto no es así. Voy a salir de aquí, por mi, y por mi bebé.

Inconscientemente bajé mi mano a mi vientre, Tarek al notarlo colocó su mano sobre la mía.

—¿Te duele?

Solo negué con la cabeza.

Después de algunos segundos ambos nos habíamos quedado callados, al parecer ya se le había acabado la conversación.

Cruel Obsesión [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora