Capítulo 10

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Sujeto con fuerza la sabana que cubre mi cuerpo, lágrimas bajan por mis mejillas

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Sujeto con fuerza la sabana que cubre mi cuerpo, lágrimas bajan por mis mejillas.

Él me violó... Me lastimó como nunca nadie lo había hecho, y yo no hice nada para defenderme, mi cuerpo se cansó de los movimientos bruscos y sus golpes cada vez que intentaba quitarlo de encima, lo único que hice fue mirar al techo y llorar en silencio.

Tampoco dejo de pensar en Fernando... Mi Fernando.

Lo mató... Y vi como lo hizo, no puedo dejar de pensar en ello y sentir que es mi culpa.

Escucho como la puerta se abre, pero no tengo fuerza para intentar moverme, solo agarrar la sabana con más fuerza.

—Te traje algunas cosas que te pueden servir.— Dijo calmado.—No he tenido tiempo de comprar ropa, así que tendrás que utilizar alguna camisa mía y la ropa interior que te traje, apenas tenga tiempo saldré a comprar —Informó dejando la caja en la cama.

—No quiero ropa, no pienso quedarme aquí de por vida—Murmuré con la mirada perdida.

Escuché un suspiro de su parte.

—Ve a bañarte —Ordenó acercándose a mi, me alejé de él lo más que pude.

Bufó y se alejó de mi, fue al armario y buscó algo luego de unos cuantos segundos lanzó una de sus camisetas a la cama.

—Esa está larga—Murmuró caminado a la puerta—Por si te preocupa que vea algo que ya vi desde anoche —Fue lo último que dijo antes de salir de la habitación.

Sollocé sin importar que me escuche, suspire entrecortada intentando calmarme, limpie mis lágrimas, sujeté la sabana con fuerza y me levante sintiendo el dolor en mi entrepierna, hice una mueca cuando al caminar sentí mis piernas pegajosas.

Tomé su estúpida camisa y la metí a la caja, con una mano sujeté mejor la sabana y con la otra la caja, caminé lentamente al baño.

Me encerré y le puse seguro a la puerta para evitar que él entre.

Puse la caja en el lavamanos para ver que contenía, primero saqué la camisa y la separé, luego había varios conjuntos de ropa interior bastante reveladores, maldito cerdo.

Suspiré y seguí revisando, había rasuradoras para cuerpo y para partes íntimas, también maquillaje, toallas higiénicas y cosas básicas para mi higiene.

Levanté la mirada tomándome con un pequeño espejo, mi labio tenía marcas rojas por las mordidas que el le daba a mis labios, mi mejilla estaba roja y levemente hinchada.

El maquillaje que llevaba desde hace tres días en mi ojos estaba derramado por debajo de mis ojos. Mi cabello estaba revuelto.

Dejé de verme al espejo, me acerqué a la ducha, abrí y regule el agua, cuando estuvo lo suficientemente caliente, dejé caer la sabana en el suelo y me metí.

Cruel Obsesión [✅]Onde histórias criam vida. Descubra agora