Temporada 1| COCLUIDA
Temporada 2| EN DEPRESIÓN
Arlene es la mejor en su trabajo... por lo menos hasta que se topa con Cinco Hargreaves que amenaza con quitarle su empleo y prívilegios. Las peleas se hacen cada vez más fuertes hasta que explotan en...
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Cinco Hargreeves
Durante varios días no me encontré con Arlene ni por accidente. ¡Eso fue extraño!, pero hizo muy notable para mí que estaba evitándome.
Supuse que fue por mi trato con ella la noche en la que salimos al bosque.
No fui muy profesional, eso lo sé.
Aunque también me pasó por la cabeza que pudo haberse caído por las escaleras o en una alcantarilla.
¡Ja!, a esa chica si que le iba mal en la vida. Hasta podría decir que su vida estaba en contra suya.
Días antes había visto a Arlene detrás de su madre y con la cabeza baja siguiéndola. Parecía su guardaespaldas, sin expresión y sin decir nada.
Eso me recordó algo.
Yo conocía a Arlene antes de su accidente. Vestía como una asesina, su ropa oscura y pegada al cuerpo le daba un aspecto retador e imponente. Su cabello era muy corto y con las puntas claras.
Pero hace unos meses su actitud cambió, demasiado. Después de la amnesia lucía como una persona totalmente diferente.
Admito que cuando volví a verla en la cafetería su cambio me sorprendió. Tenía puesto un vestido rojo, ¡un vestido!, muy parecida a mi jefa.
Ella antes hubiera dicho que la ropa no valía tanto como para gastar mucho dinero en ella.
Recuerdo que cuando llegué al edificio y escuché que la hija de mi jefa vivía en el mismo piso que yo, maldije en mis adentros.
Yo nunca me equivoco, jamás.
Arlene era la persona más odiosa y grosera que yo había conocido.
Incluso habíamos cruzado algunas palabras.
Discusiones mas que nada.
Sin embargo, cada rastro de esa persona agresiva y socarrona desapareció. A pesar de las discusiones Arlene tenía un genio más apacible. Más alegre.
Hoy se veía igual de triste que cuando la conocí.
Cuando la Encargada se adelantó a ella después de susurrarle al oído algunas cosas y quedó en medio del lugar me acerqué a pasos rápidos. Arlene no me veía, solo al piso con la mirada perdida.
