T2: What if...

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Cinco permanecía notablemente extraño desde algunos meses atrás

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Cinco permanecía notablemente extraño desde algunos meses atrás.

—Sí, sí —dije, dejando la caja sobre la mesa mientras lo interrumpía—. Lo sé, Cinco. Pero, ¿qué dirías si... un día, de casualidad...

—Suéltalo, Arlene —me cortó, exhausto. La mayoría de mis juegos no solían ser de su agrado y parecía que todo su tiempo estaba limitado para las discusiones sin sentido—. ¿Qué sucede?

Estaba mojada de pies a cabeza y no era mi culpa, ¿quién correría bajo la lluvia teniendo un esposo que casualmente podía viajar en el espacio-tiempo? Bueno... yo.

Señorita Arlene Boba Hargreaves

¡Pero este no era el caso!

Supuse que él ya querría dormir. Sí, yo era el tipo de persona que difícilmente se quedaba callada y a pesar de eso, él había pasado la mañana entera encerrado en su habitación de cálculos cuando debió dormir antes de que su amada  llegara. Aunque el Señor Hargreaves jamás lo admitiría, le hacía falta un abrazo mío. Un tiempo de descanso juntos.

Sostenía el periódico en sus manos.

Dudé en decírselo.

Quizá podía contárselo el día siguiente, me dije a mi misma.

No. Mi mente sólo decía: Dícelo, tú también quieres ve qué sucede. Y la verdad era que sí, estaba en un punto de mi vida donde ya no me importaba lo que sucediera, solo quería ver el mundo arder.

Así que dejé que mi boca floja se soltara de una vez.

—¿Qué dirías si... hipotéticamente... un día llegara acompañada de seis hermosos cachorritos a nuestra pequeña casa? —acentúe la palabra "hermosos", solo para darle un toque ligero a mi confesión.

Sonreí.

Le vi pasar la mano por su rostro con pesadez y dejó el periódico a un lado con una velocidad alarmante que, para cualquiera que no durmiera junto a Cinco Hargreaves, significaría: Huye.

—¿Qué demonios hay en la maldita caja, Arlene Hargreaves?

Silencio.

¿Se había enojado?

Me mecí de un lado a otro como un niño pequeño buscando refugio.

—¿Qué hay en la caja? —repitió, entornando sus ojos verdes—. Te lo he preguntado desde que abriste la puerta con una sonrisita aniñada y estúpida. Esas que usan los niños traviesos para convencer a sus padres de que son inocentes. Estás completamente mojada y no creo que hayas pasado el día en esta época, ¿qué tienes ahí?

Arrugué la nariz. Sabía que no debí decir nada

—Creo que lo sabes —murmuré.

No estaba muy segura, pero creí verlo entreabrir los labios y quedarse sin palabras.

Bueno... nos esperaba una larga noche.

—Seis cachorros ruidosos —soltó entre dientes.

—Es como tener un hijo —quise arreglarlo.

—¡Sí, linda! —subió la voz, poniéndose en pie. Negó con la cabeza, frunciendo las cejas—. ¡Ese es el maldito problema! No podemos cuidar de nadie además de nosotros.

—Yo lo haré, ¿qué te suced...

—¡Qué no puedo perderte! —gritó sorprendiéndome. Di un paso atrás, la habitación se llenó de un absoluto silencio.

Apreté los puños.

—No... —comencé a recriminarle— Estás... escuchándome.

—¡Porque estás loca, mi amor! —respondió, tomándome por los hombros. Me ofendió—, ¡Lo-ca!

Me alejé de él de mala gana, molesta por muchas razones. Para Cinco era difícil dejar entrar personas a su vida, sin embargo, también importaba lo que yo sentía. Y, aunque lo tenía a mi lado, tenía necesidad de compañía. Jamás hablábamos con nadie, daba la apariencia de que ni siquiera existiéramos y así debía de ser porque intervenir en la línea temporal luego de seis años escondiéndonos sería poner nuestras vidas en riesgo.

—Está bien —dije, resignada—. Pero no los dejaré solos, debo buscarles un hogar.

—De acuerdo.

—No te estaba pidiendo permiso —murmuré cuando se dió la vuelta.

Se detuvo y giró en mi dirección. Apretó la mandíbula y se teletransportó a centímetros de mí de manera abrupta.

—¿Quieres seguir con esto?

—No lo sé, ¿qué parte de todo esto? —jugué. Uh, iba a meterme en problemas, ¿por qué seguía con esto? Cinco arqueó una ceja, casi leía en su rostro lo que pensaba: ¿Estás retándome?

Mi rostro respondía un claro Sí.

—No tengo idea de qué te sucede, Arlene  —dijo lentamente—, pero es mejor que lo digas ahora.

¿A quién engañaba? Quería decírselo.

—Cinco, no sé muchas cosas, eso es seguro —dije en un tono que logró sorprenderme—. Pero si sé que quiero una vida plena contigo. Algo completo. ¿No te gustaría que pudiésemos vivir tranquilos? Sin escondernos y con una familia.

—¡Qué estupidez! —subió la voz, pero su expresión se mantuvo intacta. Estaba convencido.

—No es estúpido —entristecí— A veces pienso en qué pasaría si... no lo sé, en alguna línea de tiempo... no hubiese ocurrido todo esto y fueses un cantante o actor famoso del que me enamorara perdidamente. Imagino cómo sería mi vida, llena de cachorritos y con un pequeño que...

Mi esposo parpadeó lentamente.

—Tenga tus ojos —completó.

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Holasss
Este capítulo es muuuy cortito, pero es para celebrar el estreno de la Temporada Tres De The Umbrella Academy.

HolasssEste capítulo es muuuy cortito, pero es para celebrar el estreno de la Temporada Tres De The Umbrella Academy

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"La Comisión" I ✨Five Hargreeves✨Where stories live. Discover now