Despiertas en un callejón, no sabes por qué estás ahí, no sabes que te paso, no sabes quién eres.
Pensarías que ese es tu mayor problema, ¿Verdad?
Pero no es el mío, en mi caso mi mayor problema es una maldita especie de neblina roja que justo ahora...
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🖤 Editado🖤
Abro poco a poco mis ojos, los siento muy pesados y pienso que mantenerlos cerrados es mejor. Con mis manos toco la superficie debajo de mí, es muy suave y eso hace que me alarme tomando en cuenta que antes de desmayarme estaba en la calle.
— ¡Hey!, despierta — escucho una voz decirme, alterada abro los ojos sin inmutarme por la luz. Delante de mí hay un chico que me mira con cara de alivio y deja escapar un suspiro — Pensé que ya no despertarías y que entrarías en estado de coma ó algo parecido — me dice mientras ríe de una manera tierna.
Un poco desconcertada, me siento en la cama y observo a mi alrededor. Estoy en una habitación no muy grande de paredes blancas, la puerta está justo delante de la cama y a lado de ella hay una ventana cerrada, junto a la cama esta una mesita de noche, a mi izquierda se encuentra una puerta, un ropero y una pequeña estantería llena libros.
Bajo la vista hacia mis manos las cuales se encuentran llenas de tierra y mugre, le doy un vistazo a mi ropa, es un poco ancha y negra o simplemente está sucia.
Seguro das asco con este aspecto.
— ¿Cuál es tu nombre? — interrumpe mis pensamientos el chico que por unos segundos olvide que existía.
Él me mira esperando que responda su pregunta, pero parece percatarse de mi confusión así que decide cambiar la pregunta
»¿Quieres comer algo?— cuestiona él, haciendo un gesto con las manos indicando la acción.
Debe pensar que eres retrasada.
Ignoro el comentario de mi hermosa conciencia para apreciar la apariencia del chico delante de mí. Tiene un poco bronceada la piel, cabello color negro, algo largo y alborotado, sus ojos son de un café claro dándole una mira tierna y hermosa.
Aparto la vista recordando que mi hizo una pregunta, como respuesta solo asiento con la cabeza en un movimiento lento.
Se levanta de la cama y camina hacia la puerta, antes de salir de la habitación se detiene y me mira por encima del hombro — ¿Vienes? — pregunta con una pequeña sonrisa en el rostro.
Me levanto como puedo de la cama, estoy débil por lo que al intentar dar un paso al frente las piernas me fallan. Espero el impacto contra el suelo, pero noto sus manos agarrar mi cintura justo a tiempo para evitar que caiga.
Lo volteo a ver
Y otra vez con esa sonrisa algo nerviosa me dice — perdón, se me olvidó que te encontré casi muerta, debí suponer que el caminar sería una tarea un poco difícil para ti.
Mi cara de pocos amigos hace que su sonrisa empieza a desvanecer hasta quedar serio
