Capítulo: Las rosas.

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🖤 Editado 🖤

Noticia: La Red fog puede dañar los aparatos electrónicos, así como el funcionamiento de cualquier transporte que ocupé combustible.

14/febrero/2025
5:00 p. m.

Atrás de la casa crecieron unas flores negras, según las noticias, ellas son las encargadas de liberar la niebla.

Me preocupa mucho que hayan crecido aquí, tan cerca de nosotros.

Son muy lindas, es una rosa pero de color negro bastante llamativo.

Hay muchas de ellas en la calle, especialmente junto a los arbustos y algunas se instalaron en las casas.
Al principio no se veían tantas, pero con el paso del tiempo se fueron sumando más.

El gobierno está tratando de saber cómo es que funcionan y de que manera atacarlas. Se ha intentado arrancarlas, pero en cuanto se desprenden de su área, estas sueltan la neblina rojiza demasiado rápido y vuelve la zona inhabilitada.

Aquí en California al menos veinticinco ciudades son "zona negra", así se les nombra a aquellas áreas en las que intentaron destruir las rosas y ahora están completamente contaminadas, no es como en otras partes que solo viene y va la niebla. En esas zonas la cosa roja se queda y nunca se va por lo que es imposible poner un pie en ellas.

— ¡BELA! — oigo un grito y entro a la casa corriendo, casi mi caigo al entrar a la sala por evitar pisar unas bolsas que hay en el piso.

Raúl vine bajando las escaleras, de dos zancadas llega a mí y con cara de asustado me dice —Encontré los libros tirados y pensé que te había pasado algo.

A veces me sorprende lo paranoico que puede llegar a ser Raúl.

—Oh, es que me tropecé y tire los libros, perdón —le doy un abrazo que él me lo devuelve.

—No pasa nada, ¿Dónde estabas?— me pregunta separándose para recoger las bolsas que tiró.

—Estaba a fuera en el patio trasero—sueno un poco más preocupada de lo que quería sonar.

Él se voltea y se pone de brazos cruzados, recargado en el sofá—¿y...?

—Hay rosas negras por todo el patio.

—Mierda—dice mientras se dirige al patio.

Se queda un momento mirando las flores. Me gustaría poder leer su mente porque apesar de ser una persona que parece un libro abierto, hay cosas que no llego a entender de él, cuando voy a intervenir en lo que sea que esté pensando, se gira y habla

— Prepara tu maleta y súbela al coche, nos vamos de aquí en veinte minutos.

—¿A dónde vamos a ir?

—De eso no te preocupes, yo me encargo—agarra mi rostro entre sus manos y me da un beso en la frente—Tu Tranquila y yo nervioso—me sonríe de una forma que me causa seguridad—corre, yo meteré todo lo que necesitamos al coche.

—Pero no podemos irnos ahora, es muy tarde.—le digo preocupa — la neblina puede meterse en el carro por los conductos de ventilación.

Belleza Letal (primer libro) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora