Despiertas en un callejón, no sabes por qué estás ahí, no sabes que te paso, no sabes quién eres.
Pensarías que ese es tu mayor problema, ¿Verdad?
Pero no es el mío, en mi caso mi mayor problema es una maldita especie de neblina roja que justo ahora...
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🖤Editado🖤
Noticia: China acusa a Estados Unidos de crear la plaga de Gloomy roses, ya que los primeros casos de estas se presentaron en este país que ahora se ve atacado por la primera potencia mundial.
20/abril/2025
Mi situación ahora es algo complicada. Me encuentro en un pasillo observando hacia los lados para descartar cualquier persona que me detenga. Seth y sus hombres suelen salir de este lugar para buscar comida, ropa o cualquier cosa que ellos consideren necesaria. No tienen un tiempo ni tampoco una fecha exacta en la cual hacen estás salidas, pero los muy idiotas se van en manada y dejan casi solo el sitio.
Me animo a ir por el pasillo que está vacío y solo por un par de segundos volteo hacia atrás para verificar que nadie me sigue, pero mi cuerpo se impacta con alguien haciendo que casi me caiga.
— Cuidado — dice el hombre que me agarró antes de que cayera.
— ¿Quién eres tú?
El hombre tiene un aspecto algo descuidado lo que me hace saber que no es parte de los reclusos.
— Mejor no hay que preguntar quienes somos.
— Bien, ¿Qué haces aquí?
— Intento escapar, ¿Y tú?
— Igual.
Esta a punto de decirme algo, pero un ruido que viene a la vuelta del pasillo nos asusta, el hombre me toma por la cintura y me esconde junto a él en la otra parte del pasillo. Estamos en silencio y el ruido que escuchamos no volvió a sonar.
— La puerta de salida está cerrada — habla él y me suelta.
— ¿Me quieres ayudar a escapar?
— Dos son mejor que uno.
—Con una condición.
— ¿En serio me estás poniendo condiciones?
— Yo soy la que sabe dónde están los autos y puedo conseguir las llaves.
El hombre se me queda viendo por unos minutos, su mirada vieja de arriba hacia abajo como si estuviera inspeccionando cada rasgo de mí.
— ¿Tú eres la mujer de Seth?
¿Cómo mierda se atrevió a decir este hombre?
— Yo no soy la mujer de nadie.
— Perdón, solo que todos se quejan de ti.
— Bien — hago un ademán de irme.
Él me detiene tomándome del brazo para impedirme avanzar.
— Nunca dije que no quería ayudarte. ¿Cuál es la condición?
