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━ twenty-three. newt level classes

Capítulo veintitrés:
( clases de nivel newt )

A PESAR DE DECIRLE A RICKY una y otra vez que ella no miente al cien por cien sobre lo que pasó durante el verano, a él le cuesta creerlo. No a ella, sino al hecho de que ocurrió. No puede culparlo, ya que si a su yo de primer año le hubieran dicho que en el verano de su sexto año se escaparía y encontraría a su hermano, se habría reído. Bueno, de lo de encontrar a su hermano perdido, no de lo de huir, ya que eso es lo más creíble.

Los dos desayunan, sentados junto a Luna, que mantiene la cabeza metida en un libro sobre criaturas mágicas. El olor a jarabe de miel comienza a llenar su nariz y Spencer se encuentra inhalando profundamente, sorprendida. Hay dos alimentos definitivos de los que disfruta comiendo, aunque sean en poca cantidad. En primer lugar, Hogwarts ha tenido una de las mejores cenas hechas por los elfos de la casa. En segundo lugar, la Sra. Weasley tiene el mejor tipo de comidas, especialmente cuando todos se sientan y la mesa se llena de felicidad y gloria, a diferencia de la de la mansión.

—Daniel Gray... Quiero decir... ¿Daniel Montague? —repite Ricky por centésima vez contando también la noche de ayer. Spencer deja pasar brevemente su momento de pánico externo, Luna levanta la vista de su libro con curiosidad antes de decidir que el libro es mejor. Spencer se acomoda un trozo de pelo a un lado de la oreja, frunciendo los labios al pensar en el nombre biológico del hombre.

—Sí, yo no le llamaría Daniel Montague, —suspira Spencer, frotándose las sienes.

Ricky le envía una expresión de desconcierto. —¿Por qué? Es tu hermano-

—No lo digas, —le corta con una mirada afilada. Su mejor amigo frunce el ceño ante su tono y luego asiente lentamente. Spencer lanza una mirada de disculpa—. Lo siento. Es que no he tenido la oportunidad de aceptarlo, ¿me entiendes?

Ricky inclina la cabeza hacia atrás.

—¿No le has llamado hermano...? —Pregunta en voz baja con una mirada cómplice. Ella gime exasperada y asiente con la cara entre las manos.

—¿Es eso malo? Me gusta... de verdad, es alguien a quien he llegado a querer, pero ¿llamarle así? No puedo... y simplemente no lo llamo Daniel Montague porque él eligió cambiar su nombre por algo que significa amor para él, no quiero arruinar eso llamándolo Montague, —explica Spencer con aspereza, dando un pequeño mordisco a su comida. Su amigo le hace un gesto de comprensión. Lo cierto: le envidia por cambairse el nombre y que intente olvidar a su familia, pero está atascada.

—¿Sabes qué, Spencer? Tómate tu tiempo para intentar comprenderlo todo, ¿vale? Estoy seguro de que lo entenderá, —le consuela Ricky, con la cabeza inclinada hacia arriba mientras un montón de lechuzas empiezan a espolear su camino.