Cap. 8

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Un segundo después de que aquellas palabras salieran de su boca, Jongin se arrepintió de ellas. Mordió su labio inferior con fuerza, como si eso fuera a borrar la mentira, y buscó algo en los ojos de Chanyeol que no fuera sorpresa.

-Chanyeol, yo...

No completó la oración y el  silencio se volvió más  tenso. Observó durante largos segundos como las manos del chico frente a él se volvían puños y como los ojos se le prendían fuego. Al instante quedó prendado de la furiosa mirada y, cuando Chanyeol abandonó la mesa repentinamente, sus ojos no se movieron, y quedó unos momentos así, sin reaccionar a nada de su entorno. Tan sólo pensando. Idiota.

Como reacción tardía intentó seguirlo, el menor caminaba a grandes pasos hacía la puerta tras la barra y cuando pretendió cruzarla él también, la chica rubia a la que anteriormente le había preguntado por Chanyeol lo detuvo negando con la cabeza.

-Lo siento, sólo personal autorizado.

Kai la miró de mala manera, pero la chica no cedió, le devolvió una mirada retadora de ojos azules y se puso aún más firme. Soltó un suspiro y volteó con dirección a la salida, derrotado y con un mal sabor en la boca. Observó como todos en el lugar lo miraban y se preguntó el por qué, luego recordó la salida de Chanyeol, debió haber sido más dramática de lo que él había notado. Confirmó esa teoría al ver que la silla donde el castaño se había sentado estaba volcada al lado de la mesa y un chico pelirrojo se dirigía a levantarla, este le mandó una dura mirada cuando pasó por su lado.

Volteó la mirada hasta la puerta del lugar y luego hasta la que había usado Chanyeol, la chica ya no estaba pero el mesero pelirrojo aún o observaba de mala manera.

Metió bruscamente sus manos en los bolsillos de su chaqueta y salió del café enfadado. Afuera hacía bastante frío, pero Jongin no lo notó, lo único que quería era salir de allí, donde quiera que fuera allí. Sentía una irritante y pesada sensación en el pecho, no le gustaba para nada.

Subió a su transporte de dos ruedas y salió disparado hacía su departamento, sin prestarle atención a los insultos de los peatones y los bocinazos de algunos autos. Llegó a su apartamento y se encerró en el baño, no recordaba bien si había aparcado correctamente la moto, o siquiera si había apagado el motor. Necesitaba con urgencia una ducha, preferentemente caliente; pero cuando predió la llave y dejó corre el agua hirviendo sobre su piel, la cambió rápidamente a agua helada. Aún sentía la mirada de sorpresa e incredulidad que Chanyeol le había dirigido, y quemaba, mucho. 

-Necesito hablar con alguien... -susurró para si mismo, permaneció unos minutos más en la ducha para luego salir, desnudo y mojado, por su celular. 

Cuando lo encontró en el bolsillo de su chaqueta, notó que tenía unas cuantas llamadas perdidas: 4 de su novio, 3 de Sehun y 1 de su padre. Mirócon cierto recelo el teléfono y se decidió a marcarle primero a su progenitor. Espero un rato con la bocina cerca de la oreja y al tercer pitido la voz del hombre lo sobresaltó un poco.

-¿Jongin?

-El mismo... -susurró con tono jocoso que hizo gruñir levemente a su padre.

-¿Dónde estuviste todo el maldito día? Uno de tus compañeros dijo que no te presentaste a la seción de fotos para APicture.

Claro, se había quedado toda la mañana y parte de la tarde en una de las salas de ensayo en desuso, intentando que los nervios y la confusón no se lo tragaran vivo. Bufó y, con el ceño fruncido siguió hablando.

-Lo siento, lo olvidé. No volverá a pasar.

-¡Por supuesto que no volverá a pasar! ¿Te das cuenta de la oportunidad que acabas dejar ir?

Never let me go || KaiYeol/ChanKaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora