Cap. 4

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-Hey, Chanyeol. 

El chico se removió un poco en la silla, sentía las piernas adormiladas y los ojos picosos, miró la mano sobre su hombre y se dio cuenta de que era Yixing, su jefe. 

-Vaya, pasas casi todas las tardes aquí y, cuando tienes un día libre, vuelves aquí –el hombre sonrío con cariño- ¡Quién te entienda! 

Chanyeol le sonrió de vuelta y se desperezó un poco, se restregó los ojos con las palmas de las manos. Dirigió su vista a la ventana y se sorprendió de notar el cielo cubierto de estrellas. 

-¡Diablos! –se levantó torpemente y empezó a recoger sus cosas- ¿Qué hora es? 

-Las 12.38 PM –respondió Yixing tranquilamente-, hora de que ambos nos vayamos a casa. 

Chanyeol asintió y siguió al hombre hacía la salida. 

-¿Quieres que te lleve? –señaló un auto aparcado en la acera. El castaño negó- ¿Seguro? 

-Sí, gracias, pero quiero caminar un poco –el más bajo de los dos se encogió de hombros y se despidió del joven para luego subir al vehículo y marcharse. 

Chanyeol comenzó a caminar con dirección a la parada de buses, la más cercana quedaba a unas pocas cuadras de la cafetería, no era mucho lo que tenía que caminar, pero las calles se veían hoscas y bastante solitarias, más que en otras ocasiones. En un momento determinado el chico estuvo obligado a pasar por un callejón oscuro. De un segundo a otro el chico se encontraba arrinconado contra la sucia pared, se había golpeado la cabeza y estaba desorientado. Sintió un frio metal en su cuello y su corazón se detuvo. 

-Mira lo que tenemos aquí –le dijo el corpulento hombre con voz ronca, el aliento le olía a alcohol- ¿Acaso no te enseñaron a no caminar solo por las noches, mocoso? 

La hoja se deslizó a través de su cuello lentamente hasta llegar a su barbilla. Tragó duro y cerró los ojos cuando el tipo le arrebató bruscamente la mochila. 

-¡Que mierda! –exclamó al ver todos los papeles y libros en el suelo- Mmm, al parecer tendrás que darme otra cosa con la cual divertirme esta noche… 

La sangre se le heló y sus instintos sólo reaccionaron cuando sintió las callosas manos del depravado borracho levantando su sudadera, se removió furiosamente y cuando pudo liberar una pierna golpeó la entrepierna del hombre. 

-M-maldita sea… -cuando el tipo se hincó en el suelo Chanyeol aprovechó para salir corriendo lo más deprisa que sus temblorosas piernas se lo permitieron. 

Al doblar la primera esquina sintió los pasos del hombre detrás de él, a pesar de estar intoxicado era bastante rápido. La desesperación lo hizo entrar en pánico y por poco resbala pero unas grandes manos lo tomaron rápidamente de la cintura y lo metieron a un auto, las mismas manos cerraron la puerta del coche. Su atacante pasó frente a la ventanilla polarizada sin reparar ni un momento en el auto. Una vez que desapareció  de su campo visual, Chanyeol pudo soltar todo el aire que tenía reunido en los pulmones desde que alguien lo metió al auto. Un momento… 

-¡Ahh! –el castaño se separó rápidamente de las manos, que aun estaban en su cintura, y se pegó a la puerta del auto. En el proceso se golpeó con el bajo techo-. Auch… 

-¿Te encuentras bien? 

El chico levantó la mirada atraído por la profunda voz de su salvador, se sonrojó apenas lo vio: sus cabellos rubios combinaban perfectamente con su trigueña piel, su nariz y labios eran pequeños, sus cejas un poco pobladas y sus ojos eran de un profundo color café oscuro. Su semblante era serio y un algo –muy- sexy.

Never let me go || KaiYeol/ChanKaiWhere stories live. Discover now