Cap. 12

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Hey, tanto tiempo *le tiran con tomates* ok, nunca más voy a volver a prometer nada :v

No voy a decir el por que del laaargo retraso, les aburriría. Sólo voy a decir que gran parte fue por falta de ideas.

Sin nada más que comentar... Disculpen si encuentran faltas de ortografía o redacción.

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Apenas podía respirar, la sangre se agolpaba en su rostro furiosamente y los labios de Jongin seguían recorriendo su pecho desnudo. Lo tenía bien sujeto de las muñecas, tanto así que sentía como empezaban a adormecerse, y sus piernas temblaban vergonzosamente; la posición en si era incómoda, con el hombre sobre él y el Sol dándole directo en la cara, los ojos húmedos. No sabía que estaba sucediendo, la sorpresa lo colmaba, el pecho le ardía y de repente se sentía un adolescente de 14 años, asustadizo y horrendamente tímido.

La imagen de Kyungsoo había dejado de latir en su cabeza y había dado lugar a un molesto espacio blanco. Tenía que detener al hombre, su dignidad estaba siendo destruida a besos y caricias, ¿qué tan humillante podía sonar eso?

Además, eso no era lo único que las acciones del moreno provocaban.

-Ah... -sus pantalones le ajustaban. Tenía calor y la rodilla entre sus piernas no ayudaba en nada a aplacarlo.

Hace rato que Jongin había dejado de hablar y se dedicaba completamente a pasar la mano que no sujetaba sus muñecas por los muslos aun cubiertos. Intentó pasar saliva por su seca garganta, pero casi se ahogó al sentir como el mayor desabrochaba su pantalón.

-¡Detente! -un patético intento de autoridad, debía admitirlo. Su voz un poco más ronca de lo normal y el temblor lo delataban.

-No -el mayor levantó el rostro y lo miró directamente a los ojos, uno café entre las sombras y el otro de un brillante tono dorado-. Tú no quieres que me detenga, Yeol.

Besó su hombro derecho suavemente, y una serie de temblores y escalofríos se desencadenaron en el cuerpo del menor.

-Detente..

-No.

-Ah, bas-ta...

-No.

Cuando Chanyeol sintió la erección de Jongin restregarse provocativamente en su cadera, decidió que ya era suficiente. Al diablo con su orgullo.

-Jongin, por favor.

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El aliento de Chanyeol en su oreja había provocado una inexplicable ola de satisfacción, aunque sus palabras habían golpeado duramente en su cabeza. Se levantó sobre sus antebrazos, apretando sin darse cuenta las muñecas del chico, y volvió a mirarlo fijamente.

-¿Es en serio? -notó como su pregunta había descolocado un poco al menor, que de todos modos asintió- ¿Quieres que me detenga? Bien.

Se incorporó rápidamente, liberando al agitado chico. Su corazón estaba desbocado y el problema entre sus piernas era muy incomodo, y doloroso.

Sentado en el filo de la cama, cruzó sus piernas y clavó sus ojos al piso. Decir que estaba molesto era poco, aunque no tenía manera de justificarlo, tal vez Chanyeol lo había besado primero, pero él lo había arrojado a la cama a la primera oportunidad. Además estaba seguro de que si el menor no lo hubiera detenido, él no lo habría echo por si solo.

-Jongin... -sintió la mano en su hombro, volteó a mirar al castaño y se arrepintió de inmediato: Chanyeol seguía sin camisa, sus cabellos apuntaban en todas direcciones y sus labios y mejillas habían adoptado un adorable tono rojizo. Tragó saliva y volvió a desviar la mirada.

Never let me go || KaiYeol/ChanKaiWhere stories live. Discover now