Tengo que dejarte ir

9 0 0
                                    

Tengo que dejarte ir

Es una frase que muy poco nos hacemos, pero que, muchas veces es necesaria.

Cuántas veces no has estado en medio de una relación en la que quieres o crees que todo está bien, pero que en realidad solo es la idea que te haces, que te dices, para justificar el hecho de que te cuesta entender que quizás las cosas no son como las piensas o las quieres.

Vives entregando todo y hasta más de lo que puedes, para hacer que las cosas funcionen o estén bien, pero en medio de eso la otra persona es incapaz de verlo así, entonces debes preguntarte qué estás haciendo.

Retener a una persona a nuestro lado solo por pensar o querer que las cosas serán capaces de mejorar, es un acto de cobardía hacia nosotros mismos, hacia ti; no puedes obligar a nadie a quedarse a tu lado, ni mucho menos puedes exigirle que te dé o devuelva aquello que no quiere o no puede dar.

Pero no podemos sentirnos siempre culpables por ello, nuestro cerebro suele jugarnos bromas muy malas, porque a veces existe esa parte que nos dice que: quédate con esa persona, pero también está el otro lado que nos dice que: quizás sea momento de alejarse y dejarlo ir.

Cuando queremos, cuando realmente lo hacemos, es difícil concebir que debamos dejar ir a la persona que nos hace felices, pero el cariño no se trata de cómo nos sentimos, sino de cómo se siente la otra persona, quizás esa persona sea nuestra felicidad o tranquilidad, pero también, quizás, nosotros no lo seamos para ellos.

Es difícil, lo sé, llegar a entender que si queremos a alguien, pero que a su vez no es feliz estando a nuestro lado, lo más sano para todos es dejarlo ir.

Dejarlos ir para que descubran su camino, para que encuentren su motivación, su tranquilidad y sobre todo su verdadera felicidad.

No puedes vivir aferrándote a pensamientos sobre lo perfecto o bonito que puede ser todo, solo porque creas que te estas esforzando. La felicidad junto a una persona no se construye sola, se construye entre dos. No es justo, que te engañemos pensando que lo bueno siempre podrá compensar lo malo, porque solo terminarás agotado, esperando algo que quizás nunca suceda.

Debemos aprender a no aferrándonos a personas que nos dan solo lo que ellos crean conveniente o que solo están cuando necesitan de nuestro calor.

Aprende aferrarte a ti mismo, a tú voluntad, a tú yo, a tú compañía; aprende a dejar ir aquellos que no saben quedarse, que no saben dar, que no saben entregar, y por sobre todo que nos frenan en la oportunidad de encontrar a alguien más que sí se quiera quedar y que sí sepa cuidar y valorar aquello que le dan.

Kelvin E. Lopez

Confesiones de una mente abandonadaWhere stories live. Discover now