10. Verano de los 15 años

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{VERANO DE LOS 15 AÑOS}

Como suponíamos, mi madre no me permitió ir a la fiesta y además odió mi cabello azul. Hubo gritos (por su parte), insultos (por su parte), contestaciones (por mi parte), llanto de impotencia (por mi parte).

También me prohibió ir a la casa de Cole y el círculo de gritos/insultos/contestaciones/llanto volvió a repetirse hasta que mi padre intervino y convenció a mi madre de que me dejara ir a ver una película en la casa de Cole, ya que no iba a ir a la fiesta.

Así que allí estaba en casa de Cole, en el sillón de la sala de estar entre él y Levi. Teníamos una manta enorme sobre nosotros y habíamos hecho palomitas de maíz. La verdad era que, a pesar de que seguía decepcionada por no haber ido a la fiesta, me sentía demasiado aliviada de estar con ellos.  Estar en la casa de Cole y no en la mía ya me hacía sentir mucho mejor.

Estábamos en el proceso de elegir una película de terror, a pesar de las quejas de Levi por ver otra cosa. Cole tenía el control remoto y estaba pasando las películas en Netflix para elegir. Cuando la imagen del payaso It apareció en pantalla me hundí más en el sofá y dudé.

―Creo que Levi tiene razón ―dije observando las próximas películas. 

Todas tenían imágenes demasiado aterradoras y ahora que había oscurecido ya no me parecía tan buena idea.

―¡Gracias! ―exclamó Levi a mi lado con la manta hasta el cuello.

―Aw, no se preocupen ―dijo Cole, sonriéndonos―. Yo los abrazo si tienen miedo.

―Preferiría que me apuñale el payaso ―murmuró Levi y yo me reí.

De repente, alguien llamó a la puerta y los tres pegamos un grito. Miré a Levi, horrorizada.

―Invocaste al payaso, Levi ―susurré y él agarró con más fuerza las mantas.

―Yo no voy ―dijo Levi, mirándonos con los ojos muy abiertos.

―Yo tampoco ―aseguré, hundiéndome más en el sofá.

―Yo menos ―repuso Cole.

―¡Cole! Tienes que ir tú ―me quejé― Después de todo fue tu idea ver una película de terror.

―Levi invocó al payaso, que se haga cargo ―replicó.

―Cole ve tú ―insistió Levi. Yo asentí una y otra vez―. Papá está durmiendo

―Lo sé, va a ser el último de nosotros en morir ―dijo Cole, apenado.

Volvieron a llamar a la puerta y esta vez se escuchó un crujido de la madera en alguna parte de la casa. Todos nos miramos aterrados.

―El payaso es insistente ―siseé.

―Un payaso no tocaría la puerta para matarnos, ¿no? ―inquirió Levi, tratando de sonar calmado.

―Tal vez sea un payaso educado ―dijo Cole, pero se levantó del sofá y fue a buscar su tabla de surf que estaba contra la pared. La agarro por lo alto como si fuera un arma―. Si no vuelvo, asegúrense de que la gente me recuerde como el surfista sexy que murió protegiendo a los suyos.

―Este se cree el Harry Potter surfista ―me susurró Levi y yo me reí imaginándome a Cole con la cicatriz de una tabla de surf en la frente.

―¿Quién es? ―escuchamos a Cole preguntar fingiendo una voz seria y más grave detrás de la puerta.

―Ryan.

Suspiré aliviada, aunque noté que Levi siguió atento a la charla.

―Dime algo que solo Ryan sabría ―dijo Cole con desconfianza y Levi y yo nos miramos y reprimimos una risa.

―El año pasado te picó una medusa en el brazo y me pediste que te orine luego de leer en Google que eso funcionaba ―dijo Ryan.

Levi y yo lanzamos una carcajada y Cole se apresuró a abrir la puerta.

―¡No es mi culpa si Google miente! ―se quejó y Ryan apareció en la sala detrás de Cole.

Su cabello oscuro estaba un poco despeinado probablemente por el viento y llevaba una sudadera de color gris desgastado. Ryan encaró una ceja cuando nos vio a mí y a Levi en el sofá tapados hasta el cuello.

―Hey ―le sonreí― ¿Qué haces aquí? ¿No ibas a ir a la fiesta?

Cole se sentó de nuevo a mi lado y Ryan se dejó caer en la alfombra, con la espada contra el sofá debajo de nosotros. Su semblante estaba igual de serio que siempre.

―Si, pero Cole me dijo que ustedes no irían.

―Mierda, ahora me siento culpable ―me quejé, pero Ryan negó con la cabeza.

―Tampoco tenía ganas de ir.

Levi se había quedado en silencio y estiró su brazo hacia la mesita de enfrente nuestro para agarrar el plato de palomitas de maíz, pero al darse cuenta de que no llegaba, Ryan se estiró y lo agarró por él para alcanzárselo.

―Gracias ―dijo Levi en voz baja, aceptando el plato. Ryan no contestó.

Cole puso al tanto a Ryan de nuestro desastroso intento de encontrar una película para ver.

―Yo quiero una de terror ―le explicó―. Levi una de acción y Kaia... ¿tú qué querías? ―me preguntó.

Lo pensé por un momento.

―Algún thriller, misterio, pero sin terror ―opiné y Cole resopló―. ¿A ti qué te gustaría, Ry?

Ryan se encogió de hombros.

―Me da lo mismo ―dijo aunque luego miró brevemente a Levi antes de volver la vista a la pantalla―. Una de acción suena bien.

Acepté la derrota y también voté por una de acción. Cole rezongó y le pasó el control remoto a Levi de mala gana para que eligiera. Levi lo aceptó con una sonrisa alegre.

Hasta el próximo veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora