Judith
Tras presentarme me di cuenta de que Marc pedía mi atención.
- Discúlpadme, tengo que atender una visita. - dije mirando a Noah con pánico.
- Adiós Jud, te espero fuera y gracias.
- ¿Gracias por qué Noah? - preguntó intrigada Alexa.
- Por estar aquí y tal ya sabes.
- Ah por cierto, ¿Podría quedarse unos minutos más antes de cerrar? - pregunté a Alexa.
- Claro. - dijo sonriente Alexa.
Alexa
Escuché la conversación de mi hermana con una chica que no sabía de quien se trataba.
Me acerqué para llamar su atención y unos ojos marrón miel me observaron.
La miré curiosa y luego a mi hermana. ¿Novias?, No. Mi hermana tiene novio, vaya.
Husmeé un poco hasta que Judith tuvo que irse.
- Ah por cierto, ¿Podría quedarse unos minutos más antes de cerrar? - me preguntó muy educadamente Judith.
- Claro.
Sonreí hasta que noté la mirada de mi hermana.
- Con ella no. - dijo seria como un tempano.
- ¿Y si ella quiere?
- Ella no quiere, te lo puedo asegurar. - dijo mi hermana seria.
Nunca la había visto así. Iba a hablar hasta que unas risas captaron mi atención.
En la mesa 8 se hallaba Judith con un chico. Ya entendí a mi hermana.
Hetero.
Suspiré y decidí ir con mi amiga a tomar unas copas.
Salí y observé como Judith hablaba con mi hermana echa fúria.
- No más citas, ¿Vale?
- Siii. - dijo mi hermana como una niña pequeña.
Judith suspiró y acarició la cabeza de mi hermana con dulzura.
Me las quedé viendo atontada por las dos hasta que me percaté de que tenía a Judith frente a mí.
- ¿Te parece hablar ya? - preguntó ahora ella curiosa.
- Ah s-si. - dije nerviosa.
- Sí mi hermana te hace algo me lo dices.
- Pero Noah, ni que fuera una cualquiera.
- Te amo pero de ti no me fío. - me miró como una asesina y asentí.
- Bueno, perdona a Noah, me sobreprotege un poco. - dijo exhalando el aire de sus pulmones.
Era muy bonita, me atraía bastante y era muy dulce por lo que vi y educada. Pero no, ella era la mejor amiga de mi hermana, si la tocaba era mujer muerta.
- No pasa nada, tu también la tratas muy bien. - dije amablemente.
- Ni lo niegues, es mi mayor tesoro.
Su mirada era dulce y tierna, me acerqué a ella y ella retrocedió, aquello me dolió un poco, no lo hice aposta fue por inercia.
- P-perdona, no lo hice aposta, seguro que te molesta tienes novio.
Ella rió y esta vez la que se acercó a mi fue ella, me miró y comenzó a hablarme.
- Desgraciadamente estoy soltera, ese chico fue solo una metida de pata de mi mejor amiga y quería agradecerle por el trabajo, por eso quería hablarle.
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Dulce deseo
RomanceQuien lo diría, la hermana de mi mejor amiga, universitaria y con unos ojos que era incapaz de describir me hicieron volver a la realidad. Todo valió algo, ver su sonrisa llena de felicidad y que ella misma me sacara a mi unas reales sonrisas. Tanto...