Alexa
Por fin era sábado. Iba a recoger a Noah junto con su novio Fernando y a Jud. Hoy iba a darle su regalo. Por estudios no he podido hablar mucho con ella y quiero recompensar el tiempo perdido.
-Hermana, conduce Fer, tu ves atrás con la cumpleañera.
Asentí confundida y salí del coche para entrar en la parte trasera.
- Hola pequeña, felicidades. - dije dándole un beso en la mejilla.
- Muchas gracias. ¿Quieres dormir un poco?
- ¿Por?
- Tienes ojeras, ven te dejo apoyarte, duerme. - me dijo sonriente.
Acepté y me recosté en ella. Se sentí increíble añadiendo que me daba pequeñas caricias.
- Sophie también vendrá, al final accedió. - dije feliz.
- Me alegro muchísimo. Descansa yo te despierto.
Cerré los ojos como respuesta y dormí hasta que Jud me despertó.
Salimos y cogimos las cosas para llevarlas adentro.
- Fer, aunque seas mi novio yo dormiré con Jud y tu solo.
- No pasa nada amor, lo entiendo.
Fernando era un buen chico. A diferencia de los demás ricachones este era muy amable, participaba en obras caricativas y era un caballero con mi hermana.
- Tenemos barbacoa para comer y a la noche pizza. - dijo feliz Noah.
- Que rico. - dijo entusiasmada Jud.
Comimos en relativa tranquilidad y fuimos a cambiarnos.
- Alex, ni se te ocurra ser una pervertida con mi Jud.
- ¿Por qué lo dices Noah? - pregunté confundida.
- Bikini, lago, agua, bañarse.
Mi cabeza hizo un click y me sonrojé.
- No voy a hacerle nada tranquila.
- Esta bien, Sophie acaba de llegar.
Asentí y fui a recibirla.
- Amiga, espero que tu regalo sea digno, no quiero que defraudes a la pequeña.
- Tranquila, me lo he currado.
- ¿Le vas a pedir salir?
- Yo, em... Si pero tenía pensado el domingo. - dije nerviosa.
- Ánimo Alex, seguro que te dice que si.
- ¿Y sino?, Le hice mucho daño y...
- Gilipollas. Cuando ella te ve, su muro se rompe y es totalmente diferente. Sonríe, hace muestras de cariño, ríe, se le ve mucho menos tensa, etc.
- Esta bien, si me dice que no, preparate el helado de menta.
- Sisis, bueno, ves a arreglarte, vamos al lago.
Nos arreglamos y fuimos al lago. La casa de veraneo de mis padres era espectacular y lo más bonito era sin duda alguna el lago.
Era simplemente hermoso. Las vistas que habían eran puramente vegetación.
- Alex, ven necesitamos tu ayuda. - Grito Fernando con las neveras.
- Voy.
Al acabar busqué con la mirada a Jud y no la vi.
- Tu amorcito esta en el agua.
Giré inmediatamente la vista y joder, madre santísima.
- Sophie, pellízcame. No creo que esto sea real.
Auch. De verdad me pellizcó.
Y no, no era un sueño. Frente a mi vista tenía a Jud saliendo del agua lentamente. Si ella supiera que me estaba torturando.
Estaba hermosa. Llevaba un bikini rojo que resaltaba el blanco de su piel y sus ojos miel. Su cabello estaba suelto y oscuro haciéndome tragar.
Posó su mirada hacia mi y me sonrió.
Mierda Jud, me vas a matar algún día de estos.
- Cierra la boca no sea que babees más.
- Cállate. Esta preciosa.
- No lo niego. Anda quítate el bikini y ves al agua.
Asentí y comencé a quitarme la ropa bajo la atenta mirada de Jud.
Judith
Estaba saliendo del agua y noté una mirada hacia mi.
Era Alex. Me estaba mirando con lujuria y un gran brillo en sus ojos.
Sonreí y se me paró el aire al ver como ella también se quitaba la ropa.
Dios mío gracias por estas vistas.
Se notaba a millas que estaba en forma, tenía un abdomen de infarto, no marcadísimo como las deportistas y menos mal porque aquello no me encantaba.
Sus ojos verdes relucían aún más con su cabello y con ese bikini.
Dios, me miraba como si fuera su presa. Un bikini de leopardo.
Se acercó a mi y me sonrió.
- Estas preciosa y realmente sexy.
Mierda. Ahora mismo seguro era un tomate.
- Tu también estas preciosa, me encanta el bikini.
- ¿Seguro qué es el bikini? - preguntó pícaramente.
- Cierto. La que me encanta eres tu. - me reí, le devolví su broma y tampoco es que mintiera, me encantaba.
- Mejor ir al agua, que seguro la calentáis con vuestro calor corporal. - dijo Sophie.
- Pero... - refutó Alex.
- Pero nada. La otra pareja se fue a caminar y yo me voy a tomar el sol.
Asentimos las dos y fuimos al agua. Alex tomó mi mano y al pisar el agua gritó.
- Dios mío, este lago esta helado.
Me adelanté hasta que el agua me cubría por completo
- Sí me coges, te doy un beso. - dije sonriente.
Ella me miró y luego miró al agua. Tragó en seco y comenzó a venir.
Ups no pensaba que lo haría. Al notar su cercanía me puse a nadar y noté como ella me cogió.
- No te me escapas. - dijo sonriente.
La miré nerviosa. Estábamos muy juntas y eso no ayudaba nada.
Me cogió de la cintura y juntó nuestras frentes.
- Alex.... - susurré al cerrar los ojos.
- Tranquila, al menos déjame estar así. No te besaré su tu no quieres.
Al oír eso me armé de valor y junté nuestros labios.
Ella se mostró sorprendida y luego me juntó más a ella. Sentí nuestros pechos juntarse y juro que podía escuchar sus latidos.
- Dios mío. Estoy en el paraíso. - dijo acariciando mi espalda.
La cogí del cuello para profundizar el beso y noté como ella pedía permiso para que nuestras lenguas se conocieran.
Accedí y ella entrelazó nuestras lenguas lentamente y con tranquilidad.
Nos separamos por falta de aire y nos miramos durante unos minutos.
- Eres simplemente preciosa.
Me sonrojé ante tales palabras y escuché como nos llamaban.
- Jud, ¿Te molestaría que durmiera con sophie?, Es que tengo que preguntarle unas cosas por la uni.
- Tranquila, duermo en el sofá.
- Nono, es tu cumple, tu con Alex. - dijo tranquila Sophie.
- Pero...
- A mi no me molesta y prometo no hacerle nada.
Y tampoco es la primera vez que dormimos juntas. Pensé.
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Dulce deseo
RomanceQuien lo diría, la hermana de mi mejor amiga, universitaria y con unos ojos que era incapaz de describir me hicieron volver a la realidad. Todo valió algo, ver su sonrisa llena de felicidad y que ella misma me sacara a mi unas reales sonrisas. Tanto...