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Judith

- Alex ya que estamos aquí veamos alguna pelicula.

- Claro pequeña.

La cogí de la mano y nos recostamos en el sofá, ella apoyó su cabeza en mi pecho y yo la acaricié con suavidad.

Ella se relajó ante el tacto y en vez de ver la película de Shrek, quedó descansada en mi regazo.

Apunto de dormirme un sonido conocido me despejó y eso me hizo entrar en alerta.

- ¿Noah?

- Judi, tu hermano esta en el hospital, le dio un ataque de ansiedad.

- Voy.

Rápidamente cogí mis cosas y pedí un taxi. Le envié un mensaje a Alex y me fui con prisas.

Mi hermano era asmático y un ataque de ansiedad era peligroso para él.

Llegué corriendo al hospital y las voces de mi alrededor se escuchaban confusas.

Logré divisar a Noah y ella con cara triste me miró y me señaló la habitación de mi hermano.

Entré y vi a mi hermanito recostado en la cama con una intravenosa.

- Hola pequeño, ¿Qué te ocurre?

- Mama... Y papa... ¿Por qué no están aquí?

- Cariño, eso es porque... Porque tu tienes a estos padres, papá no era bueno y mamá no pudo sola.

- Ellos... Ellos... ¿Me querían? - Arropé a mi pequeño entre mis brazos y contení las lágrimas.

Sabía que este día llegaría, tengo que ser fuerte por él, no puedo llorar.

- No te voy a mentir porque eres muy listo. Mamá al principio estaba enferma y te rechazaba pero te amó cuando mejoró y papá, el como te dije no era buena persona, causó que mamá muriera pequeño.

- ¿Fue por mi culpa? - Sus ojitos rojos me rompieron el alma.

- No pequeño, no fue tu culpa. Gracias por vivir, sin ti no estaría aquí pequeño.

- Te quiero... - Sus ojillos se cerraban.

Y yo mi vida...

Besé su mano con delicadeza y un mareo repentino se apoderó de mi. En vez de caer al suelo esa suave fragancia inundó mis fosas nasales.

Alcé débilmente mi mirada y la vi con pequeñas gotas de sudor y con ojos preocupados. Traía una bolsa que olía a comida y venía en pijama.

Me cogió en brazos y me tumbó en el sofá de la habitación recostada en su pecho.

Mi lugar seguro...

Alexa

Alcé a mi pequeña en mis brazos y la coloqué en mi pecho para que se acurrucara.

Le di agua y la comida que a duras penas logré hacer.

Fue levantarme nerviosa por no oler su olor y ver esa nota y todas mis alarmas se encendieron. Llamé a mi hermana y corrí lo nunca escrito para llegar aquí.

Dios bendito gracias por haberme puesto en mi cabeza el hacer ejercicio.

Acariciaba su espalda y ella débilmente me sonreía. Le daba pequeños besos y en un momento ella se durmió.

- Mi lugar seguro... - fue un leve susurro pero ese fue mi todo.

Yo era su lugar seguro y ella mi lugar de paz.

Como la quiero, como me he enamorado de esta pequeña sin miramientos.

Me quedó claro una cosa, la amaba con todo mi corazón.

Perdonad la demora, he estado con muchas cosas y malos tiempos y no quería subir un capítulo sin esfuerzo, quería que lo disfrutaráis tanto como yo disfruto en escribir.💚☺️

Dulce deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora