Capítulo 8

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Asi llego inicio de semana otra vez, los chicos habían llegado del fin de semana molidos pero aun asi tenian que ir a estudiar. Esta vez Tsukishima había salido mucho más temprano de lo normal para la universidad, Bokuto se encontraba preparando sus materiales escolares porque le tocaba clases matutinas y prácticas después de esta y Kuroo se encontraba trabajando en su proyecto ya que aunque no tenía clases matutinas tenía que reponer su fin de semana y hacer espacio para hacer cosas en la noche.

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CON KUROO POR LA TARDE

Era la una de la tarde Kuroo se  encontraba de camino a sus clases no sin antes pasar a saludar al chico cabello rubio antes.

Al entrar al edificio cada persona estaba en su lugar inmersos en su mundo, había pequeñas sala a prueba de sonido, hizo caso nulo y continuo hacia la dirección de la pequeña mujer que lo guiaba, antes de entrar al salón su llegada fue anunciada pero por mas que intento no escucho una respuesta, la secretaria abrió la puerta y le dio paso hacia su interior.

al entrar encontró al menor sentado en su escritorio con montañas de papeles a su alrededor; tenía el cabello atado a una coleta y portaba unos lentes para la luz de la computadora,su cara se veia palida y su mirada estaba decaída. Desde la distancia en la que estaba podía ver sus notables ojeras y su poco cuidada figura (totalmente diferente al Kenma que vio el viernes en la noche y más parecido al Kenma que encontró saliendo de la fiesta la primera vez), algo en su acabada figura le decía que estaba mal y no solo era el inmenso trabajo que estaba haciendo en ese momento. Carraspeo la garganta para que el menor notara su presencia en la habitación que lógicamente no había notado.

-Hola gatito- Dijo acercándose al escritorio lentamente.

-¿Qué haces aquí?- Preguntó el más pequeño con una voz apática y cansada.

-Solo vine a saludar y ver como estabas ya que me dejaste plantado en nuestra cita la otra noche- Responde de manera coqueta

-No necesitas hacerlo, estoy bien, solo tenia cosas que hacer urgentemente en ese momento y no fue una cita- Contesta de manera un poco molesta.

-Ou está bien, de todos modos quería venir a ver tu carita ¿has comido algo? No te vez dela mejor manera- 

-Kuroo, estoy ocupado ahora y no creo que sea de tu incumbencia si comi o no- Responde de manera más calmada.

Aquella primer palabra dicha por el menor dejó paralizado al cabello azabache, puesto que aunque ya habían pasado bastante tiempo juntos el rubio jamás se había referido a el por su apellido. Escuchar su apellido dicho desde la boca de Kenma con su dulce entonación hizo que a Kuroo le genera una gran felicidad.

-¡Gatito! Acabas de decir mi apellido ¡dilo de nuevo!- Menciona con emoción Kuroo

-¡No! Escuchaste mal y ya te dije que no me llames gatito- Responde con nerviosismo 

-Nop, nunca e escuchado mal, se lo que dijiste y aun no me has querido decir tu nombre asi que eso quiere decir que no te puedo dejar de decir gatito-

Kenma se reprende pero agradece a sí mismo por no haber puesto una placa con su nombre en su escritorio (le parecía una manera muy narcisista de querer alardear, pues suponía que cada persona que llegara a estar en esa habitación sabría quien es) aunque no creía que Kuroo hubiera llegado hasta ese punto sin conocer siquiera su nombre o apellido, quería seguir creyendo involuntariamente que aguantaba aquel tonto apodo por eso.

-¿No tienes que estar en otro lado en este momento?-

-Nop, tengo exactamente una hora y cuarenta y cinco minutos para estar contigo. Es genial ¿no? Así que ¿ya comiste?-

Kenma solo suspiro y contesto:

-No, aun no-

-¡Como que aun no! no creo que tu trabajo amerite que dejes de comer-

Era verdad, aunque tenía mucho trabajo desde que inició a trabajar jamás se había saltado alguna comida, gracias a que Hinata se encargaba de darle la comida cada vez que se encontraba ocupado, pero gracias a que lo había dejado fuera toda la noche y en la mañana solo salio corriendo de la casa para evitarlo no pudo comer nada.

Kuroo solo salió de la oficina sin decir más o esperar una respuesta. veinte minutos después llegó con un par de bolsas de comida: una en la que había un poco de carne y ensaladas y otra donde se encontraba una tarta de manzana. Apartó algunas cosas que había en una pequeña mesita a un lado del escritorio y empezó a abrir los contenedores de comida para dejarlos en la mesa.

-Gatito es hora de que comas-

-No te pedí que trajeras comida, estoy ocupado y no tengo hambre-

-Aun así tienes que comer, te puede dar una gastritis si no comes a tus horas. No me ire de aqui hasta que te acabes tu comida o que por lo menos comas la mitad- Contestó seriamente.

-No comeré e dicho-

Kuro se paro de la pequeña mesita y se dirigió hacia Kenma, lo retiró de su escritorio y tomo entre brazos llevándolo a la mesa.

Por su parte Kenma hizo una pequeña rabieta y no se resistió tanto gracias a que sabía que si pataleaba había una gran posibilidad que cayera.

-Come un poco anda- Ofrece Kuroo al dejarlo frente la mesa y extendiendo el plato de carne.

-Solo comeré un poco y me dejaras en paz-

-Si te acabas todo te dejaré en paz y me iré a la escuela, solo si te acabas todo-

Kenma tomó el plato y comió un bocado, sus ojos brillaron al probar la comida, porque aunque no lo admitió era la comida más rica que había probado. Se comió todo el plato en un instante.

-Solo comeré esto- Mencionó tomando la tarta de manzana que estaba a su lado.

-No, tienes que comer las verduras que están en tu plato- Responde Kuroo

-No quiero, solo comere la tarta-

-Nop, tendras que comer todo si no no te dejare comer la tarta- Dice mientras toma en sus manos el contenedor de esta.

Kenma solo hace un puchero, se resigna y come la porción de comida.

Kuroo solo se limito a ver comer y disfrutar de su comida al rubio hasta que la terminó; comió su s verduras y postre al terminar todo solo se quedo callado mirando al suelo.

-¿Te gusto gatito?- Pregunta Kuroo mientras limpia un poco de las migas que estaban el la parte baja de los labios de Kenma.

-Si- Contesto nervioso.

-Okey, me alegro, entonces cumplire con mi trato y me iré- Dijo mientras recogía todo lo de la mesa y se ponía de pie- Adiós gatito, vengo por ti en la noche- Finalizó mientras dejaba un beso en la frente del menor y salió de la oficina.

Kenma simplemente maldijo y tapó con sus manos el sonrojo que se estaba generando con la palma de sus manos, y repitió lo que había hecho días antes.

-Secretaria por favor cancele todas mis juntas a partir de las ocho de la noche, si es necesario adelante las justo ahora.


Dos idiotas y un tsukiWhere stories live. Discover now