Capítulo 9

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-Decidiste venir- Menciona Tetsuro al tener en su asiento al pelirrubio.

-Que más quedaba, sabia que esperarías por mi si no salía- Responde apático.

-Awwww que bien me conoces gatito- Contesta en tono de burla.

-Lo que sea ¿Adonde me llevaras? Ni pienses secuestrarme porque te mato- Menciona con el ceño fruncido en tono de amenaza.

-ay como crees, me ofendes ¿Quien piensas que soy?-

-Un idiota que llega hasta la oficina de una persona sin siquiera conocer su nombre-

Después de esa "discusión" continuaron en silencio hasta llegar a un lugar en el centro de la ciudad. Era lunes y gracias a eso la mayoría de lugares estaban cerrados y a oscuras. a excepción del observatorio que parecía estar cerrado pero con luces encendidas por dentro.

Kuroo bajó del automóvil y se dirigió hacia la puerta contraria.

-¿Qué hacemos aquí?-

-Ya verás-

Kuroo toma la mano de Kenma para bajarlo del carro y caminar hacia el interior del observatorio el cual solo se veía un poco iluminado, caminan un poco a paso lento mientras ingresan a las instalaciones.

Kosume solo se queda absorto en lo que ve y deja que sea llevado hacia cualquier lado de la mano de Tetsuro.

-Llegamos- Menciona Kuroo rompiendo el silencio que había en el lugar mientras dirige a Kenma a una manta con unos pequeños postres.

La habitación está iluminada por un brillo azulado gracias a la luz de la luna y el brillo de las estrellas. La habitación era un observador abierto el cual estaba protegido por un cristal transparente por donde se podía observar con detalles de todo el cielo nocturno.

-¿como conseguiste esto?- Cuestiona el rubio un poco vislumbrado por todo en esa habitación.

-Soy un tipo de mago y un mago nunca revela sus secretos- Responde de una manera un poco burlona.

-Lo que sea ¿Ahora que haremos?- 

-Tengo postres para ti, te puedo dar el que quieras-Responde Tetsuro tomando los pequeños contenedores -¿Quieres un poco? vi que te gusto mucho antes- Menciona abriendo uno de estos y dejando ver una tarta de manzana igual que la que había llevado anteriormente.

Kenma solo se queda viendo la tarte un momento antes de voltear a ver a los demás contenedores. Cosa que entendió de inmediato Kuroo y comenzó a abrirlos y dejar ver toda la variedad de pies y tartas.

Kenma al ver todas aquellos postres y el trato de Kuroo hizo que se le viniera a la memoria los recuerdos de su vida con el pelinaranja: Los momentos en los que había perdido gracias a trabajo, las atenciones que en algún momento le dio, los aniversarios que Shoyo se había olvidado o no había llegado por entrenamientos, al igual que las veces que él no pudo estar gracias a viajes de negocios, o cada mañana en las que amanecía con la cama fría o en las que amanecía en el escritorio de su oficina. Aunque la mayoría de recuerdos eran malos habian algunos que en verdad agradecía haber tenido: cada vez que podía caminar agarrado de la mano de Hinata o las veces que hacían escapadas de fin de semana y podían tener un mundo para ellos dos donde no importaba nada ni nadie, las veces que podía llegar a casa y tener a alguien en quien acurrucarse y lógicamente los momentos en donde todo se desvanecía y podía sentir sus rápidas y un poco ásperas manos recorriendo su cuerpo y los besos que dejaban marca de el y lo hacían sentir amado. Saber que la persona que se suponia que podia amar por el resto de su vida, la persona que lo complementaban y la que conocía mejor que nadie; con la cual había estado por tanto tiempo y tenía una vida casi perfecta que mandó al caño con solo un beso. 

Dos idiotas y un tsukiWhere stories live. Discover now