Un propósito una meta

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<<Eramos como dos desconocidos que se conocían muy bien>>

Harto de estar en su escondite Callum decide salir de el como cada dos días; alucina una y mil maneras de asesinar a la elfa traicionera.

Como cada mañana sale en busca de un rio en el que lavarse el rostro, ahora decide ir a un pueblo cercano, encubierto para que nadie lo reconozca, pues las proviciones se le han terminado y tiene un unas monedas que escondia siempre en su bolsillo como amuleto de la suerte y si que eran de suerte porque lo salvarían de un hambre atroz.

Al llegar al pueblo lo primero que decide es ir a una panadería y comprar pan, en el camino recuerda a su tia Amaya y a la vez en la que tuvo que enseñarle a Ezran como usar un pan seco como espada, sonríe al pensar en ese bello momento.

- ¿Que se le ofrece joven soldado? – le pregunto el panadero de aquella pequeña aldea -

- Deme un poco de pan – dijo el con un poco de amabilidad -

- Claro, serian dos monedas

- tome- se le entra dos de las diez monedas que llevaba con el -

- Muchas gracias, vuelva pronto

Saliendo del local ve a dos soldados conversando de una forma muy entretenida, se ajusta la capucha que trae puesta y se acerca a ellos con disimulo. Detrás de ellos para que no noten su presencia, siendo soldados suelen tener temas muy importantes de los que comentar.

-Los rumores de que la reina Annia va a aceptar el tratado de paz con la gente de Xadia es cierto.

- Para ser bastante joven, sabe tomar decisiones acordes con lo que su reino puede ofrecer, aunque es muy decepcionante que no se haya apoyado la causa de los demás reinos. Estar sin ningún aliado en la guerra, es pesado.

Habiendo escuchado lo suficiente Callum se aleja de ellos y se adentra la bosque piensa en lo ultimo que escucho cuando se alejaba, ¿una reunión?, podría ser que Rayla asistiera a esa reunión y seria la ocacion perfecta para realizar su cometido y recuperar su honor.

Luego de pensar un momento decide ir al reino de Duren y aguardar allí a su presa, roba un caballo de una granja cualquiera y lo monta. Suena ironico, ¿no?, un miembro de la realeza robando algo, aunque por ahora solo tiene que preocuparse en que nadie lo reconozca.

Llegando al reino busca un lugar en donde colocarse, espera que sea lo mas estratégico posible ¿cerca a la puerta del castillo? no le parece mala idea, debe de ser cuidadoso hay muchos guardias patrullando.

No le sorprende pues este es el segundo reino con mayor seguridad y batallón, el primero es Catolys.

Ahora que lo piensa no podrá acercarse a Rayla hasta quedar cara a cara, será mejor encontrar un arma de largo alcance, lo ideal es un arco es casi la hora del cambio de guardias y como siempre alguno dejara sus cosas donde no debe.

Encuentra un arco y flechas tiradas como si el destino lo ayudara, da las gracias a la persona que lo dejara y vuelve a esconderse ahora si esta en posición solo debe esperar y pensar que su corazonada sea cierta.

Mientras en Catolys Soren se recupera de la dolorosa derrota que tuvieron, en la gente que perdieron por culpa de los elfos y no solo es sino tambien piensa en la perdida de su mas grande amigo, Callum, la idea de no saber si esta vivo o muerto lo carcome vivo.

Las vidas de todo esos soldados, deberían de hacerle un gran homenaje cuando esto tenga un tiempo de negociación, sabe perfectamente que será muy complicado que encuentren alguna paz pero si es momentánea desea que llegue pronto, todos hasta el guerrero mas duro de corazón necesita de una pausa.

La vida nos unioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora