Capitulo 1 "Eres mi única familia"

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En la era antigua de Japón, conocida como la era Taisho, nos centraremos en la historia de una joven mujercita y su hermana menor, ambas huérfanas, sin un amor paternal que les demuestre cariño o vea por ellas.

Viven en una colina muy reconocida como "Shiroika", donde los cerezos por alguna razón de la naturaleza siempre se conservaban y nunca se marchitaban, ni siquiera en temporada de invierno, además de esa hermosa vista de pétalos, la colina contaba con un río cristalino de pequeño tamaño. Las familias del pueblo solían subir los fines de semana para apreciar el paisaje de los cerezos y convivir en familia.

Una joven de 18 años con cabellera blanca larga, mechones azul cielo, ojos únicos de bicolor uno verde esmeralda y otro de color azul rey, su piel era un tono de carne hermoso que hacía destacar sus labios y mejillas rosadas; le pertenecía el nombre de Pam Ito, un nombre que destacaba con su personalidad, ella habitaba en esa colina reconocida en una pequeña cabaña junto con su hermana menor de 14 años de edad llamada "Yua Ito", vivían en condiciones humildes, Pam se dedicaba a cocinar y llevar los pedidos al pueblo en los domicilios de los pobladores durante el día, en la noche cortaba madera de en un bosque cercano a la colina, para poder hacer fuego y cocinar, además de que ciertas personas le encargaban algo de leña para sus hogares. Su trabajo era duro, pero ella era feliz conservando a su hermana a lado,

El motivo por el cual llamaban a la colina Shiroika (colina blanca), era por la hermosa mujer que habitaba en esa colina, la conocían como la peliblanca o la bicolor, muchos hombres de ese pueblo e incluso hombres de diferentes lugares trataron de esposarla, pero ella rechazaba las propuestas que le ofrecían, no por ser grosera o por creerse la más hermosa del pueblo, ni siquiera esos pensamientos pasaban por su mente, si no que ella ya tenía a su felicidad a lado y tenía nombre "Yua" su hermana menor.

Yua era una joven de 14 años, tenía una cabellera corta de color café chocolate, poseía los mismos mechones que su hermana mayor en las puntas del cabello, sus ojos eran de un color verde esmeralda, su tono de piel era blanca, y siempre cargaba con ella dos listones de color rojo, uno en su cabello amarrado como una diadema, otro amarrado a la cintura junto su kimono.

Ambas jóvenes vivían felizmente, no cambiarían nada de esa felicidad por algo.

Durante una mañana, la peliblanca se encontraba guardando los paquetes de comida en una canasta para más tarde bajar y llevarlas al pueblo a entregarlas a sus respectivos clientes, cuando del cuarto salió Yua con unos poco cabellos levantados y bostezando, recién se había levantado, con una voz algo somnolienta se dirigió a su hermana—Pam... ¿desde qué hora estas levantada?, aunque sea, ¿ya dormiste un poco? —miro a su hermana mayor con un gran cara de sorpresa al ver que ya estaba empacando la comida. La peliblanca volteo y le dirigió una sonrisa a su hermana – No tengo que descansar, dormí unas pocas horas, pero tengo mucha energía para llevar a cabo el día – Yua hizo un movimiento de negación con la cabeza y sonrío – No tienes remedio hermana, por más que te diga que duermas, nunca me obedeces – Pam hizo una cara de traviesa sonriente, sabía perfectamente en su conciencia que no había dormido nada por sacar los pedidos.

La bicolor cerró la canasta llena de pedidos y dirigió su mirada hacia su hermana menor, le sonrío -- ¿Vas a acompañarme al pueblo? – espero la respuesta de su hermana con una gran sonrisa. Yua cerró los ojos y asintió con la cabeza emocionada. Pam la miro – entonces... vayamos a cambiarte esa ropa de dormir por un kimono hermoso, después cepillare tu cabello. -- Ambas hermanas se dirigieron al cuarto.

Horas después-en esa tarde

Las hermanas se encontraban entregando los pedidos de sus clientes y recibiendo el dinero por su trabajo, siempre daban una sonrisa a todas las personas que estaban a su alrededor, nunca se quejaban de ellas. Mientras seguían entregando los pedidos, llego el turno de una gran mansión, parecía de gente que tenía un nivel económico alto. La peliblanca miro a Yua y se acerco a ella para dirigirle unas palabras – Esmeralda – le decía así por el tono de sus ojos-- ve con la señora Sakura, entrégale su comida, mientras salgo de la mansión quédate con ella en su despacho, no tardare – Pam le guiño el ojo a su hermana menor y le acaricio la cabeza como gesto maternal—Esmeralda asintió con la nariz y se dirigió hacia el despacho de la señora Sakura.

La peliblanca toco la puerta de la mansión varias veces para ser escuchada, un momento después las puertas se abrieron, fue recibida por los guardias de la familia que habitaba esa gran casa.

La gran mansión le pertenecía a la familia de apellido Yamamoto, La muchacha ya se encontraba dentro de aquella casona entregando los pedidos a la persona más importante de ahí, el señor Aki Yamamoto. El sr. Aki le sonrío a la peliblanca, empezó una conversación con ella—Su mano en la cocina es exquisita, siempre me llevo un gran sabor de boca al probar tus guizados—Pam le hizo una reverencia agradeciendo sus palabras, le siguió con la conversación—le agradezco sus palabras señor, espero que le sigan gustando mis aperitivos—de manera muy educada ella le sonrío y lo miro con esos grandes ojos de dos colores. Aki la miro, se sonrojo un poco, Pam se levantó para despedirse, pero este la tomo de la mano haciendo que la peliblanca volteara hacia él con algo de confusión, durante el tiempo que ella le había llevado la comida al señor Aki, nunca la había tomado de la mano de esa manera, la expresión de la muchacha se tornó algo sería, pues no le agradaba que los hombres la tocaran de esa manera sin su permiso. Aki hizo que Pam se sentara a su lado, empezó a hablar—Sabes, sé que vives de manera humilde junto a tu hermana—sonreía mientras le hablaba a la muchacha—así que pensé en alguna manera de que ya no trabajes y seas una gran dama—la peliblanca no le gustaba hacía donde iba esa conversación, frunció las cejas, algo molesta en su interior mirando al señor Aki, prefirió quedarse callada y escuchar para no precipitarse.

El señor no dejaba de ver los ojos de la muchacha, noto algo de molestia en ella, pero decidió seguir—Eres una jovencita muy apuesta—tomo sin permiso el cabello de la muchacha, lo empezó a olfatear—así que te tengo una propuesta, estoy seguro de que no la rechazaras.

La joven giro su cabeza, levanto una ceja—¿pro...puesta? — fingió que estaba confundida y desentendía el tema.

Aki tomo dos anillos de una pequeña caja que se encontraba en a lado de ambas personas, se los mostro a la joven – Estos anillos son de compromiso, quisiera que te casaras con mi hijo Akihiko Yamamoto, para que siga creciendo la familia – Pam por dentro estaba aterrada con tan solo pensar en el matrimonio, no lo deseaba para nada en su vida, trago saliva , tenía algo de sudor en la frente, lo que menos quería era que el señor notara sus nervios, decidió tranquilizarse y seguir escuchando el acuerdo que el señor Aki le proponía—a cambio de que te cases con mi sucesor, tú y tú hermana tendrán una vida digna, nada les hará falta —El señor aquí tenía un tono de voz de seguridad, pensando que la muchacha accedería de inmediato —y dime... ¿qué te parece mi propuesta Pam Ito?

La mirada de la muchacha quedo baja, algo sombría, no tenía palabras, apretó sus puños arrugando su kimono, no sabía cómo zafarse de esa situación, se encontraba demasiado incómoda, solo esperaba una luz o una señal que la ayudara. 

Llama lunar (Rengoku X Lectora)Where stories live. Discover now