Capítulo 23: "¿Por qué?"

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Bakugō Katsuki era un chico bastante cerrado y lleno de problemas. Él lo sabía, sus padres lo sabían, probablemente sus amigos lo sabían e incluso los extras lo sabían. Él creció con valores erróneos, y después de dos años de terapia, sabía que tenía una mezcla de problemas de inferioridad, superioridad y trastorno de impostor.

Lo sabía, pero a veces era difícil aceptar que no era tan perfecto como le gustaba decir que era.

Y sin embargo, de alguna manera él lo había aceptado, o por lo menos en un grado suficiente para aceptar que no era exactamente el mejor amigo que alguien desearía.

En su mente, él mantenía un puntaje. Si él hacía algo insensible, se callaba cuando sus amigos le hacían algo insensible.

Quid pro quo, una cosa por otra.

Y de alguna manera, este lema le había servido para mantener sus amistades durante toda la U.A. Bakugō pensó que esto era suficiente, pero claramente no lo había sido.

Durante las clases de ese día, su mal humor aumentó. No podía concentrarse porque todo en lo que pensaba eran las interacciones que había tenido con su falso mejor amigo.

¿En qué momento él había dado señales de querer algo más que sólo amistad?

¿Había sido durante la época de exámenes? Esa noche él había acobijado a Kirishima después del examen práctico, pensando que sería una acción gentil entre amigos.

¿Fue en el festival de primavera? Durante el festival Bakugō le había comprado la comida a su mejor amigo porque él había olvidado su cartera.

¿Cuándo sucedió?

Las campanas de cambio de clase sonaron, señalando el fin del día. Bakugō se sentía extraño, como si quisiera sentarse en el suelo y berrear. Su garganta se sentía seca y sus ojos se sentían irritados.

No es justo —pensó—. No es justo, ¿por qué tengo yo la culpa?

Sus manos levantaron su celular, desbloqueándolo con su rostro. Inmediatamente, la conversación que había tenido con la fantasma se mostró en la pantalla. Sus ojos recorrieron la conversación de nuevo, preguntándose qué demonios debía de hacer.

Se sentía enojado, sí. Se sentía molesto, irritado, frustrado e incómodo.

Pero también sentía un vacío en el pecho.

El estúpido de Deku se detuvo a su lado y discretamente tomó su mano, dándole un apretón. Los ojos rojos del rubio se posaron en los ojos verdes del menor, mostrando por unos segundos el pánico que sentía.

Deku hizo una mueca triste, como si acabara de matar a su perro enfrente de él.

— Kacchan... —Bakugō mantuvo su mirada en el nerd—. ¿Quieres...?¿Quieres que te acompañe?

Bakugō apartó su mano, irritado.

— Vete al dormitorio, estúpido Deku. No necesito de tu inútil ayuda.

Predeciblemente, Deku no se movió de su lugar. Ambos chicos siguieron mirándose, como si pudieran intercambiar palabras solamente con el movimiento de sus pupilas. Deku parecía buscar algo en la mirada del rubio, y si lo encontró, no dijo nada. Finalmente, el menor acarició con su meñique el dorso de la mano de Bakugō, y sin decir más, salió del salón.

Bakugō apretó sus puños y se tomó unos minutos respirando para calmar su enojo.

Lo mejor sería dirigirse a los dormitorios e intentar hablar con el cabellos de mierda. Su mente repetía la posibilidad de un cambio en la relación de ambos, pero si el cambio sería positivo o negativo, ni su mente sabía.

ɢʜᴏsᴛ sᴛᴏʀʏ [Bakudeku y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora