9: La cruz de mármol oscuro.

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Adan:

Salgo de la casa con mi esposa y mi pequeña de brazos, caminamos hasta el auto y antes de llegar siento que me agarran de la mano.

—¿Cariño, no crees que sería más entretenido caminar? Después de todo la colina no está tan lejos de aquí—sugiere batiendo sus pestañas de forma graciosa.

—Mmm—pongo cara de quién está resolviendo un problema matemático—Naaah prefiero el auto, aún estoy cansado del viaje.

—¡Será posible Adan!—da una pequeña palmada en mi hombro y resopla con fastidio—son sólo unas calles, si sigues así comenzará a crecerte la barriga.

—¿Es en serio?—aplano mis labios tratando de aguantar las ganas de reír pero me es imposible y suelto una de mis estrepitosas carcajadas—Vamos en auto ¿si?, sólo por esta vez, prometo caminar más seguido.

Llegamos al vehículo familiar y subimos, cuando estoy poniendo mi cinturón escuho a mi madre llamar.

—¡Hijo!—se acerca caminando apresurada—adelántense ustedes, tu padre y yo iremos luego, tenemos que hacer algunos recados.

—Ok, nos vemos allá.

Sin más demora nos ponemos en marcha hacia nuestro destino. Luego de unos diez minutos llegamos a una colina decorada por cientos de lápidas, tan pálidas y descoloridas como los cadáveres que deben yacer debajo de cada una. Alrededor hay árboles enormes y frondosos, una vieja reja de hierro se extiende por toda la zona antes mencionada y está algo oxidada según alcanzo a ver.

Saludo al guardia educadamente y observo como se abre poco a poco la gran puerta enrejada. No es necesario preguntar la dirección ya que recuerdo perfectamente la ubicación exacta de la cruz de mármol oscuro que pusimos hace 10 años.

Al bajar los tres del auto siento mi respiración agitada, mis piernas empiezan a temblar y trato de erguirme para que Luzy no se dé cuenta. Mi esposa—que me conoce a la perfección—sabe que no me encuentro muy bien que digamos y agarra mi hombro dando un fuerte apretón que automáticamente interpreto como una muestra de apoyo. De pronto la voz de mi pequeña me saca de mis pensamientos.

—¿Mamá está lejos tío?¿Falta mucho?

—¿Eh? Ah, n-no... está justo al doblar aquella esquina—señalo con mi dedo índice tembloroso.

—Dame la mano querida, este lugar es muy grande y no quiero que te pierdas—dice Rebeca estirando su brazo hacia la niña, en realidad sé que lo ha hecho para dejarme solo adelante.

Hago mi mayor esfuerzo por calmarme pero siento como a cada paso que doy acercándome más y más a nuestro destino mi corazón retumba y golpetea a un ritmo descontrolado. Pero debo ser fuerte, por Luzy, a quién le hace mucha ilusión visitar a su madre mientras que para los demás es una herida aún sangrante.

Y sucede lo inevitable, lo tan esperado desde hace días. Llegamos a la oscura y reluciente cruz con la foto de una hermosa chica de cabello claro con ojos tiernos y debajo de esta una inscripción:

 Llegamos a la oscura y reluciente cruz con la foto de una hermosa chica de cabello claro con ojos tiernos y debajo de esta una inscripción:

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¡¡Hola!!

Espero que les haya gustado el capítulo.

Para que esto sea más entretenido les pediré que dejen algunas de sus teorías en los comentarios.
¿Qué rumbo creen que tomará la historia?
¿Fue Génesis tan perfecta como todos la describen?
¿Cuál será la reacción de todos al enfrentar cara a cara la foto de su amiga, hermana y madre?

No olviden votar y comentar ;]

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