CAPITULO 7

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Estaba sentado en una de las sillas del comedor, su mirada no dejaba de ver a SeHun haciendo algo en la cocina.

Tras verlo tan alterado, SeHun decidió que le haría un té para poder calmarlo.

Los pantalones de chándal que vestía el más alto, no los recordaba. Sonrió con tristeza porque estaba consciente de que se había perdido de muchas cosas con él y con sus amigos.

—Está un poco caliente —le entregó la taza y se sentó en la silla de un lado.

No podían despegarse la mirada. Todo era como un sueño.

—¿Eres real? —SeHun preguntó frotando su mano en el muslo de LuHan, sintiendo su piel.

—Lo soy —LuHan lo confirmó seguido de un beso.

No habían dormido nada. Después de que hicieron el amor y SeHun le preguntó sobre su desaparición, la desesperación y el miedo en el rostro de LuHan lo tenía pendiendo de un hilo.

—No te he presentado a Yaksok, y ya vi en donde está —SeHun se levantó de la silla caminando hacia la sala, con la mirada de LuHan siguiendo sus pasos.

Adoraba la espalda de SeHun, más grande que la de él, cuadrada y derecha, bajo sus ojos a ver su trasero. No había nada más circularmente perfecto que las nalgas de SeHun, y LuHan adoraba sentirlas todo el tiempo. Saboreo con sus labios porque extrañaba besar el culo de su novio como lo hacía antes. Luego su mirada cambio de lugar a ver al responsable de que SeHun haya accedido a tener un nuevo integrante de la familia: Yaksok.

Era un precioso gato atigrado. Tenía los ojos grises, la nariz rosada y estaba un poquito pasado de peso.

—Finalmente Yaksok, conocerás a la persona de la que siempre te habló: LuHan.

SeHun se lo entrego en sus brazos y acomodo al mínimo en su regazo, vio como este se hizo bolita inmediatamente acomodándose.

—Que guapo eres Yaksok —acaricio su cabeza.

Del otro lado de la mesa estaba SeHun observando la escena que tanto se imaginó.

—Le caíste bien.

LuHan levantó sus ojos y sonrió de lado.

—Obvio, le hablas tanto de mí, que ya me conoce.

SeHun se levantó de su silla rodeando la mesa y sentándose justo al lado de LuHan.

—¿Qué fue lo que sucedió, amor? —SeHun suspiró y a su mente regresaron todas esas miradas que LuHan le había dado esa última noche.

LuHan guardó silencio, no dejando que su mano interrumpiera las caricias al gato que ya estaba ronroneando, viendo un punto inexistente, SeHun tenía miedo de interpretar ese largo silencio como una negativa a saber que era lo que en realidad había pasado.

SeHun se tomó el tiempo de volver a observar lo cambiado que estaba LuHan. No sólo en su cambio de color de pelo, o que estaba muy delgado, lucía pálido, con unas ojeras gigantes debajo de sus ojos y tenía un semblante de terror. Cualquier ruido que escuchara ya estaba en estado máximo de alerta.

¿Qué era lo que LuHan estaba haciendo fuera de casa?

—Ese día salí del centro comercial —comenzó a recitar con voz temblorosa— alguien me chocó, salí del auto a ver que había sucedido, me golpearon, caí inconsciente y cuando abrí los ojos, estaba atado de manos, pies, y amordazado.

El infierno que LuHan pasó había sido mucho peor que el de él. Apretó sus ojos en el momento que sintió los escalofríos y los recuerdos lo atacaron. Su mano se detuvo en las caricias que le hacía al gato y en menos de lo que esperaba, escucho como SeHun arrastraba la silla para estar más cerca de él.

INDEFINIDO || HUNHANWhere stories live. Discover now