CAPITULO 13 (FINAL)

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Esa noche cuando llegaron a casa, tomaron una ducha en silencio. Yaksok ya estaba en la cama antes que ellos.

Y cuando ambos se acostaron, LuHan puso su cabeza en el pecho de SeHun sintiendo como su cabello era acariciado, escuchando los latidos constantes del corazón de su prometido y repartiéndole unos cuantos besos en el pecho. Unos momentos después, Yaksok se unió al cuadro familiar y se recostó sobre el estómago de SeHun.

—Por la mañana regresaré al rubio —fue lo primero que LuHan dijo

—Si quieres regresar al rubio, seré muy feliz. Si quieres quedarte con tu pelo en ese color también seré muy feliz, y si quieres raparte, créeme que también seré muy feliz

Se rieron y unieron sus labios. LuHan se posiciono a horcajadas de su novio y aplastó al gato sin querer, que este pegó un brinco y salió de la cama saliendo de la habitación.

—Ya que el niño se fue y estamos sólo tú y yo, creo que podemos celebrar —LuHan beso el pecho de SeHun— que estamos solos —beso su clavícula— que nos vamos a casar —sus labios capturaron el pezón izquierdo— y que nos amamos demasiado.

SeHun se acomodó para que su rostro quedara frente a LuHan. Tomo su cuello y acarició la base del inicio de su cabello.

—Te amo demasiado —viéndolo a los ojos los beso.

—No más que yo —entre el beso le comentó.

Mordió su labio, bajó sus besos a la quijada y marcó su cuello. LuHan gimió en el oído de su prometido arañando su espalda.

Sintió el placer subir de nivel cuando sus caderas hicieron fricción.

Parecía que el sexo ya no tenía ningún fantasma o ningún miedo que los estuviera cohibiendo. Sólo serían ellos dos disfrutando su cuerpo, sintiéndose, amándose y disfrutando que estaban con vida.







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UN AÑO DESPUÉS...

—¿Crees que esta corbata me sienta bien? —preguntó LuHan viéndose en el espejo.

Sus manos no dejaban de temblar por los nervios. Había sido una larga, tediosa y ansiosa espera. Podía decir que ese era uno de los días que más había esperado en su vida. El día de su boda.

Obviamente JiYeon había estado supervisando cada prenda que estaría usando, incluso se esmeró en conseguirle lencería sexy porque sólo ese traje era la envoltura al mejor regalo de la noche: la noche de bodas.

—¿Estás dudando de mis habilidades? —preguntó ofendida. Su cabello estaba un poco más largo y seguía siendo castaño, lo cual era raro en ella, pero ya no tenía el mismo tiempo de antes para pintárselo, prefería observar a su pequeña bebé de 3 meses de nacida—. Te digo que ese traje te hace ver angelical, puro, como el novio perfecto.

INDEFINIDO || HUNHANOnde histórias criam vida. Descubra agora