Prooemium

3K 188 40
                                    

No es que mi vida hubiera sido especialmente mala.

O al menos eso me repetía una y otra vez.

Nunca me dejaron juntarme con alguien que no fuese de mi posición social. Pero al menos nunca me faltó compañía.

Nunca me habían dado la suficiente atención parental. Pero al menos teníamos dinero.

Nunca pude decidir a quién amar. Pero al menos no estoy sola...

No era tan malo.

¿Cierto?

Alguna vez llegué a quejarme de mi vida pero más allá de recibir consuelo fui juzgada, sus palabras siempre las mismas, si lo tenías todo porque deberías de sentirte mal.

Pero no era así, no lo tenía todo, no tenía el cariño de mis padres, pues nunca planearon tener un segundo bebé mucho menos a una niña, no tenía ningún verdadero amigo en quien apoyarme.

Aunque tenía amigos por internet, con quiénes jugaba ocasionalmente algún videojuego, pero no era lo mismo.

Mi vida se había reducido a mis 19 años a tan solo mi habitación.

Y a pesar de quejarme de todo, el dinero me había dado una única cosa que amaba, los videojuegos y mercancía de ellos, había uno en especial que me gustaba pero no solo por la jugabilidad o los gráficos, si no por una persona, aquella que no existía más allá de unos píxeles en mi pantalla.

Era muy feliz imaginando que existía, incluso tenía peluches y pósters dónde le veía todos los días, y por las noches me aferraba a la suave tela de su forma.

Y sí, por un momento pensé que podía llegar a estar feliz y tranquila, pero eso no sucedió.

Me veo en ese gran espejo, ropajes blancos inmaculados en mi cuerpo, personas tratando de arreglarme como si fuera un regalo que se entregaría pronto, veo aquel velo que me recuerda a quien me gusta, solo que este es blanco con mucha más transparencia.

—Esta preciosa señorita Jean—Rosa quien había cuidado de mi desde bebé me miraba con ojos brillantes y un atisbo de tristeza.

—No me quiero casar Rose—Solté lastimeramente pues no quería este futuro que no decidí.

Rose empezó a llorar, se acercó y me envolvió con un abrazo—Yo tampoco quisiera esto mi niña pero no puedo hacer nada, solo soy una trabajadora más, lo siento mucho

—Lo sé—Musite suavemente mientras la apretujaba— Me gustaría que las cosas no tuvieran que ser así

Madre entró a la habitación, su semblante serio e irritado se podía ver a simple vista.

—Ya es tarde, deja de jugar—Regaño con su voz severa—Al menos servirás para algo ahora

No pude evitar sentir como se me hacía pequeño el corazón, una cosa es saber que no te quieren y otra es que te lo demuestren de la peor forma.

Me habían dado en compromiso para cerrar un trato, me casaría con el hijo de un gran empresario, yo no quería esto, me había tratado de negar pero solo recibí una bofetada como respuesta y un discurso sobre ser ingrata.

Estaba frente al altar, el velo cubría mi visión, la música tranquila sonaba de fondo, pero yo estaba asustada, quería salir corriendo y claro que podía pero no era tan valiente, que haría después, mis padres se enojarían conmigo, que me harían ellos.

Trate de imaginarme a la persona que me gustaba de frente al altar, y le vi, sabía que no era real pero al menos así sería menos doloroso, si me imaginaba su cara en vez de la persona real.

Durante todo la boda y la fiesta, mi presencia parecía más a la de un fantasma que la de una persona viva, simplemente me limitaba a las acciones requeridas.

La luna de miel se celebraría en otro país, y al recordar eso me aterre, no quería esa unión, me asqueaba tan solo de pensarlo, por un momento lágrimas quería salir, pero tenía que ser al menos un poco fuerte y valiente.

Habíamos llegado al lugar una cabaña con grandes ventanales de cristal, era un muy lindo sitio pero no era una buena ocasión, él se mostraba servicial y amable, pero por algún motivo desconocido no terminaba de confiar.

La primera noche no había pasado nada y empecé a creer que él era una buena persona.

Pero mi perspectiva cambió aquella tarde que habíamos salido a explorar.

Me sentía como si grietas recorrieran mi piel, con dolor singularmente espantoso, las hojas crujían a mi espalda, mientras él trataba de consumar su aberrante acto, traté de resistirlo de no gritar por el dolor que recorría cada centímetro de mi piel, en mi mente pedía por ayuda.

Y mis plegarias fueron escuchadas, por un depredador más feroz y grande que él. Un lobo de pelaje gris se había acercado mucho ante el sonido, se había lanzado directamente hacia nosotros, él había logrado quitarse rápidamente, sus garras aterrizaron en mi pierna haciendo que gritara del dolor.

El lobo me miró por un momento mientras él salía corriendo, y como si supiera quién era el villano volteo al lado contrario corriendo tras él.

Con pesar caminaba arrastrando mi pierna, la sangre empezaba a brotar cada vez más, no tenía un rumbo, ni siquiera sabía si quería seguir con vida, quizá aquel lobo no había tomado la decisión correcta, tropecé con una raíz y rodé por una pequeña colina, sentía que eran mis últimos momentos.

Con pesar me arrastré un poco más, hasta que mis manos sintieron la suave y efímera sensación de vida vegetal, voltee a verlas, estaba en un muy pequeño campo de flores.

Las flores más hermosas y extrañas que nunca había visto, en su misma especie habían algunas violetas, azules y unas negras, pero lo que las distinguía eran su forma de velo, parecían tejidas con hilo.

Con dolor tome una de ella y la acerque a mi nariz, era el mejor aroma que había pasado por mis fosas nasales hasta ese momento, me sentí en paz, el dolor ahora era secundario.

Hasta que sentí un dolor aún más agudo y desgarrante que el que había sentido hace unos minutos, sentía como si algo se metiera dentro de mi piel, arrastrándose por todo mi cuerpo, entrando en cada uno de mis órganos, por un momento vi como raíces entraban a mi cuerpo y empecé a convulsionar mientras sentía un extraño jalón en mi estomago.

Mis ojos se abrían por momentos, mi ser esperaba tan solo la muerte, mi cuerpo yacía inmóvil, con un dolor insoportable en cada centímetro, mis sentidos se apagaban cada vez más, lo último que escuche fue una voz tan baja que apenas y pude escuchar, junto a otra tan alta y aniñada.



—¡Un intruso, hay un intruso aquí!—Gritaba la pequeña figura por la atención de su amiga—Aunque no parece estar muy viva—Dijo mientras picaba aquel cuerpo inconsciente con un palo.

La oscura figura se acercó a la chica en el suelo, tocando con sus manos su cuello—Aun sigue con vida—Hablo con esa voz que apenas y parecía un susurró.

Algo en su interior se removió al verla, tenía una expresión en su rostro que le hacía querer ayudarla, después de pensarlo la levantó en sus brazos, y caminó junto aquella muñeca que sin cuestionar la siguió de regreso a la mansión.



-----------------------------------------

Buenas queridos lectores, es la primera vez que escribo sobre Donna y aun no he jugado Resident Evil village, pero espero poder hacerlo pronto, aunque haya algunas partes que no me gustaran completar.

Espero que les guste y que puedan distraerse de buena forma con este escrito.

FissuresWhere stories live. Discover now