VII

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Al siguiente día de que Heisenberg la descubriera Angie parecía comportarse de forma muy extraña, pues no le quitaba los ojos de encima a Jean ni por un segundo.

—Oye Angie ¿Donna está muy ocupada?—Jean trataba de apaciguar la tensión pero cada que lo intentaba era lo mismo.

—Lo está—Todo el día fue igual, Jean preguntaba algo o trataba de hacer platica y Angie contestaba de forma cortante.

—¿Estás bien? Parece que hoy no eres como siempre—Comentó Jean sentada en la cama mirando hacia Angie quien la escrutaba con la mirada.

—Podría preguntarte lo mismo, ¿Algo que quieras decir?—Las cosas cada vez se volvían más extrañas, Angie se encontraba de pie acercándose sigilosamente a la chica—¿Sabes que es peor que un mentiroso? Un traidor...

—¿Por qué dices eso Angie, que sucede?—Jean muy dentro de sí sabía lo que significaba, parece que alguien más que Heisenberg lo había descubierto ahora-Yo puedo explicarlo...

Pero no puedo terminar de hablar pues Donna entró a la habitación.

—Hola—Saludo con su suave voz haciendo que Jean dejará de fruncir el ceño—Pensé que quizá te gustaría comer juntas

En estos momentos Jean agradeció poder tener su vista de vuelta, si bien no podía ver el rostro de Donna podía observar sus movimientos tímidos.

—Me gustaría—Respondió Jean con una sonrisa que hizo saltar el corazón de Donna, se preguntaba cómo podía existir alguien tan hermosa como ella en este mundo—¿Me ayudas?

—Oh si, claro—Donna se acercó y tomó la mano de Jean para después ponerla en su brazo, así ambas se dirigieron a la cocina bajo la atenta mirada de Angie a quien le mataba el remordimiento.

Pues habían pensado que Angie fue junto a Donna por aquellos documentos pero en realidad ella se había quedado a vigilar que todo estuviera en orden, sin que aquellos dos se dieran cuenta Angie presenció la verdad pero no se lo había dicho a Donna aún, muy dentro de sí una parte se aferraba a darle el beneficio de la duda a Jean.

Durante la comida todo fue extrañamente silencioso, algo que Donna pudo percibir pero se guardó sus palabras, ya le preguntaría a Angie después, aunque le preocupaba el comportamiento nervioso de Jean, como en muchas ocasiones parecía que la mirada de aquella chica se dirigía hacia ella pero había una diferencia las otras ocasiones no se sentía aquella pesada mirada como si la analizará, haciendo que un sentimiento de inquietud se presentara en ella.

La noche cayó rápidamente ante la solitaria oscuridad de la habitación de Jean, no había vuelto a ver a Donna ni a Angie en lo que quedo del día y le preocupaba en demasía la información que tenia aquella muñeca tétrica que por primera vez le dio miedo, no exactamente del cómo se veía si no de lo que podría contar.

—Vaya lío...-Jean suspiro ahí tirada en el suelo, tenía que decirle la verdad a Donna, no quería hacerle daño ocultando algo tan importante como aquello.

Pero cómo le explicas a alguien algo como eso, no era tan fácil como llegar y decirle "Hey adivina que, resulta que ya puedo ver porque tengo algo en mi interior parecido a la megamiceta de Madre Miranda que por cierto en realidad solo los quiere para revivir a su hija pero los pedazos que van a usar son de otra niña... A si y se me olvidaba que Ethan viene en camino porque resulta que esos pedazos son su hija y arrasara con todo a su paso para recuperarla"

Seguramente si le llegaba con ese discurso en primera seria mucho para digerir y en segunda en caso de que le creyera le preguntarían cómo es que sabe tanto y esa pregunta era la peor para responder.

FissuresWhere stories live. Discover now