CAPITULO 6

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Se supone que la construcción es mi lugar seguro. El lugar en el que puedo olvidarme de las obligaciones que tengo como Alma Soler y simplemente ser el despreocupado y gracioso Tomas Soler.

Entonces.... ¿Por qué programe la cita con Fernando en mi lugar seguro?

-¡Tomas! Lo buscan unos arquitectos en la entrada – Mi capataz de obra y mano derecha me anuncia desde la planta baja la llegada de Fernando y sus socios, con un gesto de manos le indico para que los haga subir.

Es solo una entrevista más... solo una entrevista...

Paulo y Alex son los primeros en llegar, inspeccionan todo con mirada de juez. Fernando se detiene en mi mesa para revisar los planos que se encuentran abiertos, sonríe y se acerca a sus socios, que al parecer ya tienen algunas quejas.

Me acerco a ellos y me presento, es mejor terminar con esto ahora –Buenas tardes soy Tomas Soler, mi prima me pidió que los recibiera –Fernando acepto mi mano, Alex me miro con desprecio y empezó a quejarse.

-¡Esta gente no nos está tomando en serio! ¡Primero dejan que una mujer decida si trabajan o no con nosotros, y ahora nos presentan a este muchachito que podría ser mi hijo como líder del proyecto! ¡Nos vamos! ¡Podemos encontrar a alguien más para asociarnos!

-Me parece perfecto, conocen la salida –me di media vuelta para seguir con mi trabajo pero Fernando volvió a intervenir.

-Por favor no nos precipitemos, estoy seguro que Tomas está más que capacitado, tanto Alma como Javier Soler lo dejan a cargo de muchos de sus proyectos –me mira esperando para que le siga la corriente.

-Perdón, pero no tengo que demostrar mis capacidades a nadie, son ustedes los que necesitan un socio que los ayude a salir del problema que se metieron, antes de perder todo lo que invirtieron sin contar con las penalidades económicas por incumplimiento de contrato. Por lo tanto soy yo el que espera que después de esta falta de respeto me den alguna razón para querer trabajar con ustedes.

Miro a los tres directamente a los ojos, Paulo no dice nada, de los ojos de Alex salen dagas filosas, Fernando mira a Alex esperando que se disculpe. Pero claramente no es de los que se disculpa.

-Si me permiten, tengo demasiado trabajo que hacer – me alejo de ellos, Alex sigue el camino hacia la salida con Paulo y Fernando tratando de frenarlo. Siento un cierto alivio por no tener que trabajar con ellos.

-¡Tomas! –Un Fernando agitado vuelve aparecer –Bueno eso no salió como esperaba –hace un esfuerzo por regular su respiración. Le ofrezco una botella con agua y la acepta.

-¿subiste corriendo desde la plata baja? –asiente mientras sigue bebiendo.

-Quiero disculparme por el comportamiento de mi socio.

-No deberías de disculparte por las acciones de otras personas.

-Lo sé, pero realmente necesitamos de la ayuda de esta constructora.

-Tu socio no opina lo mismo

-Es muy orgulloso, pero yo no. Y si me tengo que arrastrar para que aceptes trabajar conmigo lo voy hacer. Esta constructora es la única que puede ayudarnos, Alma logro resolver todos los problemas que nuestro proyecto tenia y logro planificar todas las etapas de trabajo para cumplir con el plazo. Todo eso lo hizo en cuatro horas – tres, pero no puedo corregirlo –mientras que mis socios y yo pasamos ocho verificando que tenía razón.

-No voy a pedir que te arrastres, pero no quiero tratar con tu socio, si podes encontrar la forma en que trabajemos sin tener que cruzarnos, voy a decirle a mi prima que acepto dirigir este proyecto.

La nueva cenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora