capítulo 8

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«No es suficiente con decir perdón, hay que cambiar la actitud y tomar la decisión de que no volverá a suceder»

— Yuuji, he vuelto- dijo con una sonrisa, para empezar a acercarse, el antes mencionado retrocedió dos pasos hacia atrás, se encontraba aún absorto en su mente de la impresión de volver a ver al contrario, el Alfa lo notó y detuvo sus pasos hasta quedar frente a frente con el menor - Te extrañé tanto...

Yuuji estaba paralizado, su mente no procesaba tal acontecimiento, su ritmo cardíaco se aceleró y una oleada de emociones invadió su mente; provocándole un fuerte dolor de cabeza que lo obligó a cerrar los ojos.

— Estoy aquí, Yuu, necesito, no, me urge hablar contigo - mencionó apesarado - Por favor, no vayas a huir y escúchame - dijo y de inmediato fue interrumpido

— Que... que... que rata eres- atacó el Omega - ¿que no huya de ti dices?, aquí el único que huye eres tú, no me creo de verdad tu cinismo

«Quizás siempre fue así, pero nunca lo ví como realmente es»

— No me hagas reír - enunció molestó - ¿Quien demonios te crees, Gojou?, no eres nadie en mi vida, y no me importa un carajo que estés aquí o no, ¡me da igual!, vivo o muerto, tú no significas nada, no tengo porque escucharte... Ahora apártate de mi camino, están esperándome

Satoru estaba atónito por la reacción del Omega, que, a pesar de que Getou se lo advirtió muchas veces; no podía creerlo. Ese no era el Yuuji dulce y amable que el conocía.

«No era su Yuuji»

Itadori observó con un gesto molesto al tipo frente suyo, esperando alguna reacción, sin embargo, el contrario no emitía palabra alguna; por ende, decidió caminar rápido para salir de ese lugar e irse a abrigar en su hijo. No obstante, un fuerte agarre de su brazo lo jaló de regreso a su anterior lugar, pero esta vez el olor era distinto, apestaba terrible.

— Te dije que me escuches - dijo con una voz más ronca e indiferente

Satoru sabía muy bien lo que estaba haciendo y aunque no le agradaba, era la única forma que tenía para que el Omega se quedara, aún si eso significaba empeorar las cosas y poner más defensivo al menor. Bajó la presión ejercida en el brazo del pelirosa y colocó su palma en la mano contraria, tomándola esta vez con más delicadeza y cariño.

— Por favor dejame explicarte el porque huí, así podrás entender que todo esto fue por tu bien - el Alfa soltó la mano de Yuuji. Con las suyas, acunó el rostro del Omega y poco a poco fue acercándose para encestarle un beso.

Sonrió confiado cuando el pelirosa rodeó con sus manos, su cuello, dispuesto a besarlo hasta que el contrario aprovechó la cercanía de sus cuerpos para propinarle una patada en el estómago, haciendo que se separaran, mientras el albino recuperaba un poco de aire.

Yuuji estaba dispuesto a salir corriendo, ir a buscar a su hijo y salir de ese lugar, pero sus planes se vieron interrumpidos cuando el Alfa usó esa voz con él provocando que se detuviera en seco, y que su lobo aullara triste en su conciencia.

El Omega estaba aterrorizado, era la primera vez que alguien lo sometía con tal voz, trataba de moverse pero era inútil, su cuerpo solo obedecía al mandato que Satoru  impuso. El resto de personas que transitaban por el otro lado de la calle parecían hacer caso omiso a la situación.

Pedir ayuda era inútil.

Intentaba hablar, pero su voz se ahogaba en su propia garganta. El aroma a lavanda de el Alfa lo estaba mareando, luchaba consigo mismo de mantener la consciencia, cayendo de rodillas ante el albino quien solo se restregaba las manos sobre el rostro en señal de frustración y molestia. Con el poco control que le quedaba giró su rostro en dirección contraria solo para observar cómo salían dos personas y un bebé del restaurante a unos pasos de ellos.

Baby Counterattack - Goyuu [Resubiendo]Where stories live. Discover now