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Capitulo 11. Arreglo de sentimientos

(Sadie)

Una vez que mi pizza estuvo lista, pagué y me retiré del local. Al principio quería quedarme a comer, pero sentía que no sería buena idea. Unas calles después me senté en una banca para esperar el autobús aunque no lo tomaría. Le mande un mensaje a Aaron diciéndole que si venía por mi en unos veinte minutos. Sería una buena idea caminar y pensar las cosas.

Necesitaba un plan. No tenía en mente escaparme como Félix, pero tampoco el hablar con mis padres y hacerlos entender. Porque a pesar de que mis amigos piensan que son mas flexibles en pensamiento yo no estaba segura de ello. Aunque puede que me funcione, pero tendría que arriesgar mucho y tener un plan b por si las cosas salen mal. Estoy segura de que Donna y Aaron me ayudaran y tal vez ellos sean mi salida.

–           ¿Te irás en camión con tu pizza? – me asuste al escuchar la voz de Jacob. Ya no portaba su uniforme de trabajo. Venía con un pantalón entubado color negro y una playera blanca suelta con estampado. Su cabello medio largo estaba un poco despeinado y eso lo hacía ver bastante guapo.

–           Eh...no, es... – tragué – planeaba caminar un rato. Después vendrán por mí. – le expliqué.

–           Puedo acompañarte – mis mejillas se pusieron coloradas, pero lo oculte. – Digo, creo que no es bueno que estes sola por estos rumbos.

–           ¿Es peligroso? – añadí un poco asustada.

–           Mmm...no tan así. – reí porque no lo veía convencido.

–           Pues si quieres acompañarme esta bien. – me hice a un lado para que pudiera sentarse. – No tengo ningún problema.

–           Bien – algo inquieto se sentó y el silencio se hizo presente. Estaba nerviosa si les soy sincera, porque la presencia de Jacob es potente e intimidante.

–           ¿Quieres pizza? – quise romper el hielo.

–           No creo que sea muy seguro comer donde pasan los camiones. Hay un parque cerca de aquí ¿Te gustaría ir?

–           Si, aparte así conoceré un poco los rumbos. – nos levantamos y lo seguí hasta el parque. Era muy bello y vi que había varias familias con niños en los juegos. Me asuste un poco cuando Jacob me tomo del brazo para guiarme a unas bancas con mesas. – Es muy hermoso el lugar.

–           Podré decir que crecí en este parque. – presté atención – Al paso de los años lo han mejorado.

–           Ya veo. – sonreí. – Yo nunca había venido a uno. – volteó a verme impactado. – ¿Qué?

–           ¿Es cierto lo que dices? – reí.

–           Si, lo digo en serio. – carraspee un poco para continuar – Hay cosas que mis padres no me dejaban hacer cuando era pequeña.

–           ¿Y una de ellas era ir al parque? – asentí. – Que carajos.

–           Siempre me quedaba en casa ya sea para tomar clases de pintura, piano, francés, ballet y a veces de cocina. – comenté recordando esos momentos. – No se me hacía aburrido pues todo eso también lo compartía con Pauline y otras cosas con Félix. Mi padre decía que para que quería ir a un parque si en mi casa lo tenía todo. – murmure la última oración.

–           Claro, estabas en tu burbuja.– murmuro.

–           Si, eso creo. – suspiré. – Hay cosas que me hubiera gustado hacer cuando era niña, pero no podemos regresar el tiempo. 

Te quiero conmigo (Libro I) (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora