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Capitulo 27. Confesiones 2.0

Ni el, ni yo, pusimos resistencia a mi petición. Llevaba un rato caminando y las gotas de lluvia fueron más intensas que antes. Mi ropa ya estaba empapada, pero me daba igual. De hecho, creo que podría insertar una canción triste para este momento. Y parecía escena de película, ya saben, una chica triste, siendo bateada por el chico que le gusta, caminando sola en busca de un camión, con el día nublado y lloviendo. ¿Qué otra cosa podría salir mal? Creo que nada y apestaba. Si, me sentía como una mierda, tanto que ni siquiera podía llorar y tenía las ganas.

Lo peor es que creía que esa situación sería diferente y me sentía pésima. ¿Qué se supone que haga ahora? Las cosas ya serian incómodas y si al menos no tendría a Jacob como novio, no lo quería perder como amigo. Sentí una sensación extraña, escuchaba como alguien gritaba mi nombre y ese alguien era Jacob. Sacudí mi cabeza, ya hasta parecía oírlo en mi mente.

– ¡Sadie! – sentí un gran empujón que me hizo gritar del susto. Unos brazos me rodearon y simplemente cerré mis ojos ante las vueltas que estábamos dando en el pavimiento. No puedo calcular cuantas vueltas hicimos, pero me sentía mareada y me dolían distintas partes de mi cuerpo. Una vez que paramos abrí los ojos temerosa viendo a la persona que me empujó. Era Jacob, sus manos estaban en mi cintura y si, había quedado encima de él.

– Que...que rayos... – mis labios temblaban y mi cuerpo también.

– ¿Estas bien? – se sentó y comenzó a revisarme. – ¿Estas bien?– repitió.

– ¿Qué demonios paso? – miré a mi alrededor y no había nada de gente. Solo al final de la calle vi un auto que seguía manejando a toda velocidad y nosotros dos tirados en el suelo mientras las gotas seguían empapándonos.

– Maldita sea, que susto acabas de meterme. – suspiró pesadamente.

– Tú también me has asustado.

– ¿Acaso no viste el maldito auto que venía hacia ti? – preguntó molesto y ya entendía. Lo miré preocupada, no creí que él también se arriesgaría en hacer algo así por mí.

– No – negué con la cabeza– ...estaba distraída.

– Para la próxima fíjate por donde vas. – añadió seriamente. – Esto no pasaría si te hubieras quedado en mi casa.

– No me regañes ahora ¿Vale?

– Joder, Sadie. – apretó sus dientes – Menos mal que te venía siguiendo. – tomó mi cabeza con sus manos y junto nuestras frentes.

– ¿Me estabas siguiendo? – murmure. – Estas loco y además ¿Cómo pudiste lanzarte así? ¿Qué tal si te atropellaba a ti? – hicimos contacto visual. Rayos, hasta con cabello mojado es bastante guapo.

– Eso no importa, solo me preocupe que te fueras así sola y sin que yo te acompañara. – nos separamos. – ¿Te duele algo? ¿Estas bien? – volvió a escanearme con la mirada.

– Me duele mi cuerpo. – estornude un poco. – Ay no.

– La lluvia está muy fuerte y no queremos que te resfríes más.

– ¿Tu estas bien? – murmure con pena.

– Estoy bien, no te preocupes por mí. – con mucho cuidado los dos nos levantamos. Aparte de que nuestra ropa estaba mojada, también estaba muy sucia.

– Gracias por salvarme. – volvieron los temblores, aunque estos ya eran del frío que sentía.

– No me agradezcas – murmuro– para la próxima, por favor, fíjate por donde vas ¿Está bien?

Te quiero conmigo (Libro I) (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora