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Capítulo 14. Las amenazas.

– Hola. – Jacob llego a saludar.

– Hola – sonreí.

– Si logras encontrarte a Ian ¿Puedes recordarle que no hicimos nada malo ayer?

– ¿Por qué? – reí.

– Ya sabes, cree que hicimos cosas indebidas. – mi cara fue de sorpresa, supongo. Por un momento quise decirle que si hicimos cosas indebidas o al menos así considero ese beso.

– Joder, pues entonces se lo aclararé. – sonrió, pero sin mostrar sus dientes.

– Hecho, pues te veo en laboratorio. – asentí y se fue.

– Ay, dios. – Dejé mis libros en mi casillero y saqué mi bata, porque no quería llegar tarde. Ya tenía fama con los profesores de siempre retrasarme y no quería que esa "popularidad" creciera más. Di un brinco del susto cuando mi locker se cerró fuertemente. Pamela estaba a mi lado con cara de pocos amigos. – ¿Qué te ocurre? ¿Qué tal si metía mi mano en ese momento? – expresé enojada.

– ¿Y tu quien te crees?

– No entiendo tu actitud sinceramente. – di media vuelta para irme, pero ella me jalo para que eso no sucediera. Mi espalda choco bruscamente con mi casillero.

– No se que cosas le has dicho a Jacob para que de la nada el cambiara su actitud conmigo, pero no te esta funcionando ¿Oíste? – pronunció seriamente.

– Ya te dije que no entiendo lo que me dices. Jacob y yo solo somos amigos, nada más. – mi paciencia se iría en cualquier momento.

– ¡No me quieras hacer estúpida! – rodé los ojos.

– Si Jacob no quiere nada contigo deberías de aceptarlo. Una mujer se ve muy mal rogándole a un hombre ¿Y sabes cómo se ve peor? Estarse peleando por el con otra mujer. – sonreí.

– Me importa una mierda si me veo mal o no. – sonrió con arrogancia.

– Él y yo solo tenemos una amistad, nada más. – volví a aclarar.

– No confió en personas como tú y tus comentarios se me resbalan.– se cruzó de brazos – Así que te diré una ultima cosa. – me señalo – No sabes con quien te estas metiendo y si no te alejas de Jacob te haré la vida imposible dentro de esta escuela y fuera de ella. – tragué duro. – No te quieras hacer la valiente, porque ese papelito no te queda.

– No me importan tus amenazas. – mentí. Claro que me importaban, no conocía a Pamela y no quiero conocer la peor versión de ella.

– Mejor no le juegues. – sonrió.– Ya estas advertida ¿Vale? – mi respiración se fue por un momento – Aléjate de Jacob, si es que amas tu seguridad. – se marchó.

Volví a pasar saliva con dificultad mientras la miraba caminar. No sabía como sentirme, porque nunca había recibido una amenaza. Todo lo que me dijo fue una ¿No es así? La chicharra me asusto y me hizo volver a la realidad. A paso apresurado llegué a laboratorio y maldije cuando recordé que mi equipo era Zoey, Nelson y Jacob. Estaba jodida, muy jodida. Me puse mi bata y me acerqué para saludar y sentarme lejos de aquel chico por el cual recibí la amenaza. El profesor comenzó con su clase y yo a pesar de todas las preocupaciones que tenía, traté de poner atención.

– ¿Quieres que hagamos los ejercicios juntos? – preguntó Jacob. Me puse nerviosa al instante, como si Pamela nos estuviera viendo.

Te quiero conmigo (Libro I) (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora