𝗖𝗛𝗘𝗥𝗥𝗬 𝗟𝗜𝗣𝗦 - 𝗞𝗔𝗜𝗥𝗜 𝗖𝗢𝗦𝗘𝗡𝗧𝗜𝗡𝗢

•| ⊱𝟎𝟒. 𝐲𝐨𝐮 𝐦𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞 𝐬𝐭𝐫𝐨𝐧𝐠, 𝐤𝐚𝐢𝐫𝐢 ⊰ |•

|. . ° • . . 𝑪𝑯𝑬𝑹𝑹𝒀 𝑳𝑰𝑷𝑺 . . • ° . .|

╰►𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐅𝐨𝐮𝐫;

.⃗ ༉‧₊˚✧ . ˚ rosalie;

—¿te pasa algo?— Kairi cuestionó, sacándome de mi trance. yo lo observé. su cara sostenía una expresión de curiosidad. su cabello un tanto desastroso. y vestía la típica ropa de hospital. no podía entender como hasta eso le quedaba bien. 

—no, nada— yo sonreí, buscando como asegurarlo. lo último que necesitaba ahorita era estrés. 

—te noto... extraña— Kairi arrastró las palabras mientras examinaba mi rostro. un habito suyo que yo había aprendido a reconocer en los últimos años.

—estoy preocupada por vos, eso es todo— yo respondí, cabizbaja, pero aún sentía su mirada en mí.

—Rose, es un brazo roto. nada de que preocuparse. estoy bien, ok?— su voz era suave, miré su brazo enyesado querer moverse, pero claramente falló. adiviné que quería agarrar mi mano. así que lo hice por él. junté nuestras manos y lo miré sonreír. 

—se me ocurrió una idea— yo dije, soltando su mano para caminar hacia mi mochila, que estaba en su habitación. busqué entre los papeles hasta encontrar un marcador. Kairi, quién me observaba delicadamente, rio en voz alta al darse cuenta de mi expresión. me acerqué a él y le dije que acercara su brazo enyesado.

—One Direction por siempre, carita feliz— yo dije las palabras lentamente mientras las veía aparecer en el yeso. acabé con mi texto y puse el tapón del marcador en la punta. para después mirar a Kairi con una sonrisa de oreja a oreja. él se rio de nuevo, contagiándome.

—siempre me hacés reír, Rosie— escuchar mi nombre salir de su boca tan suavemente y ágilmente me hizo perder la habilidad de respirar por un momento. 

—me gusta verte reír. cuando estás serio y enojado es como cuando apagas la luz de una lámpara, y cuando la enciendes todo es claridad. y se ve mejor— yo expliqué, perdiéndome lentamente en sus ojos.

—es seguro decir que el sentimiento es reciproco— Kairi suspiró, mirándome con felicidad. 

—me hacés sentir fuerte, Kairi. me hacés sentir como si puedo hacer todo. y luchar contra cualquier demonio que se me presente— yo negué con la cabeza, jugando con el marcador en mi mano. 

—Rose, conmigo o sin mí, sos fuerte. y podés hacer lo que querás. me halaga mucho que me digás eso, pero tenés que saber que también antes de conocerte eras fuerte y lo seguís siendo. no hay nada que no podás lograr sin mí— él rio y yo me uní.

—¿cómo estás hoy?— yo pregunté, mirando a Mattia, quién ansiosamente se mordía las uñas.

—como cualquier otro día; solitario— él respondió, separando su mano de su boca.

nos quedamos en abundante silencio por un minuto. y contemplé la idea de contarle sobre lo que había estado en mi mente desde que me confesó su secreto. no había encontrado forma ni momento adecuado para decírselo en todo el día, y creo que ya la encontré.

—Tia, ¿qué te parece si te venís a vivir conmigo— yo solté, procurando no conectar nuestras miradas por ahora. al momento en que nada salió de su boca, rápidamente volteé mi cabeza hacia su dirección. 

—creo que te haría bien— yo insistí. —quiero decir, vos viviendo solo en un apartamento que queda por la loma del culo. eso te pondría aún pero con toda la situación de ya sabes, Kairi— mi cabeza sugirió usar la técnica de lista de razones por las que debería hacerlo, pareció funcionar en parte cuando él también me volteó a ver.

—quizás tenés razón— fue lo único que salió de su boca. pero fue lo necesario para hacer que una sonrisa apareciera en mi rostro. 

—un cambio te haría bien. y te prometo que soy la compañera de cuarto más organizada y silenciosa. no te tenés que preocupar por eso— yo reí, agarrando impulso para poder empujar el columpio hacia en frente. 

—de eso estoy completamente seguro— Mattia estuvo de acuerdo antes de repetir mi acción y columpiarnos como niños pequeños.