Capítulo 12. Corazón en fuga herido de dudas de amor.

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PHUPHA

Había algo raro sucediendo con Tian pero Phupha no sabía con exactitud qué cosa era. El joven ingeniero parecía distraído y ausente desde que los dos habían vuelto de su viaje a Bangkok hacía tres meses y aunque sabía que era una tontería hacerlo, el Mayor no podía evitar sentir miedo. Miedo de que estando en la ciudad, Tian hubiera pensado mejor las cosas. Miedo de que Tian le dijera de pronto que era mejor para los dos dejar de soñar con que era posible tener una vida en la que los dos podrían estar juntos.

Un filo agudo se clavó en el pecho del hombre el cual estaba esperando a Tian en la base, los dos habían prometido cenar juntos aquella noche después de días sin poder hacerlo. Phupha entendía que los últimos detalles de los proyectos que Tian y Longtae estaban llevando a cabo eran sin lugar a dudas sumamente demandantes. La semana pasada, sin ir más lejos, Tian y Longtae habían tenido que viajar a uno de los pueblos cercanos en busca de un lugar con mejor conectividad para terminar de afinar los últimos detalles con los proveedores.

Phupha sabía que todo estaba relacionado al trabajo de su amado pero, ¿era solo eso de verdad? Él jamás había sido un hombre dependiente y no quería convertirse en una carga para Tian ahora que el joven estaba tan atareado pero las miles de ideas estúpidas no dejaban de dar vueltas en su cabeza.

¿Y si la familia de Tian había decidido de pronto que no era buena idea dejarlos estar juntos? Aunque claro, eso era imposible porque los padres y hermanos de Tian se habían portado de maravilla con él, inclusos sus pequeños sobrinos se habían acercado a él con el interés y el cariño sencillo con el que los niños se acercan a alguien desconocido. No, definitivamente no era algo relacionado a la familia Sopasitsakun, pero ¿y entonces?

Tampoco podría tratarse de Longtae ¿o sí? Es decir, Tian y él eran los mejores amigos del universo y compañeros únicos de aventuras y trabajo pero... ¿había brotado algo más entre ellos? Phupha sabía que pensar en la posibilidad de algo así era una ofensa enorme para los dos chicos pero, ¿y si había sucedido lo inimaginable? No, no, claro que no. Longtae estaba completamente enamorado de Rang. Los dos solían pasear por toda la aldea de la mano causándole ataques de dulzura a quien fuera que los mirase por más de un minuto seguido. Incluso Rang parecía más maduro y más feliz y hablaba del joven ministro como si él estuviera sosteniendo el sol y la luna en sus manos y Phupha no podía hacer más que sentirse feliz por él porque sabía muy bien de ese sentimiento pero ¿y si Rang y él, un par de oficiales militares, no eran lo suficiente para Longtae y Tian quienes eran un par de jóvenes universitarios con un futuro profesional brillante?

No, no, no. Phupha sabía que tenía que calmarse. El Mayor llevó sus manos a su rostro y se dijo que estaba exagerando como un idiota. Tian estaba cansado, eso era todo. Tian estaba preocupado porque las obras hidráulicas en Pha Pun Dao no estaban avanzando con la velocidad que él hubiera deseado y lo había escuchado discutir con al menos quince personas diferentes cuando usaba el teléfono de la base. Después de eso, era más que evidente que el joven estaría irritable y taciturno, porque él deseaba que todo saliera de forma perfecta. Tian no quería volver a la ciudad sin antes asegurarse de que había ayudado a todo el mundo en la aldea de la mejor forma posible.

—Así que cálmate y respira, estás actuando como un esposo histérico, Phupha— se dijo el hombre haciéndose reír—. Todo está en tu mente. Todo está en tu mente.

La voz del hombre se perdió en la soledad de la habitación al tiempo que la puerta de la base se abrió y Tian la atravesó. El joven lucía francamente exhausto y se sentó en la silla vacía frente a Phupha sin mirarlo siquiera, sin saludarlo y las alarmas que el Mayor había intentando aplacar, volvieron a sonar dentro de su cabeza con total terror. Tian no estaba bien. Nada estaba bien de hecho.

Cometas Por El CieloWhere stories live. Discover now