Capítulo 13: De pronto comprendemos que lo nuestro es para siempre.

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Capítulo 13: De pronto comprendemos que lo nuestro es para siempre. Somos dos estrellas.

TIAN

El corazón de Tian estaba latiendo de forma nerviosa en su pecho y el chico no lograba entender del todo a qué demonios se debía aquel nerviosismo que reinaba en su interior. Desde que él y el doctor Nam habían llegado a la casa de éste quince minutos atrás, Tian se sentía como un adolescente nervioso que no se atreve a pedirles permiso a sus padres para ir a una fiesta.

Y aquello claro, era una tontería porque él estaba seguro de que el doctor Nam ya sabía cuál era el motivo de aquella reunión que el joven ingeniero le había pedido días atrás. De hecho, mientras el médico y su esposa Jeab hablaban de miles de cosas en la cocina de su pequeña pero agradable casa en uno de los pueblos cercanos a la villa, Tian sabía que quizá Nam estaba poniendo a la mujer al corriente de lo que pasaría después de la comida: Tian les pediría su bendición para pedirle a Phupha que se quedara con él de por vida.

Una sonrisa nerviosa apareció en los labios del chico al imaginar una vez más cómo sería poner el anillo que su madre había preparado para Phupha en el dedo del Mayor. Aquel era un evento que Tian había tenido que retrasar muchas veces debido a la ingente carga de trabajo que tenía con los proyectos para Pha Pun Dao e incluso había tenido aquel episodio de falta de comunicación con Phupha que les había causado dolor a los dos. Al recordar eso Tian volvió a sentirse terrible consigo mismo a pesar de que Phupha le había asegurado de mil maneras distintas que no habría malentendido que pudiera separarlos porque los dos eran capaces de seguir adelante. Y sí, era verdad. Después de aquel episodio, los dos habían aprendido a hablar de forma directa y con el apoyo de Phupha quien le decía cada noche que debía resolver una cosa a la vez y que le ayudaba a olvidarse del mundo entero entre sus brazos, todo iba mejor que nunca.

Era por eso que Tian no había podido esperar más. Ahora que los proyectos estaban a punto de convertirse en realidades, Tian sentía que era tiempo de hacer real también el sueño de poder decirle a todo el mundo que Phupha sería su compañero de vida por tanto tiempo como pudiera durar el por siempre que quería construir a su lado. Sí, ya no tenía que pensar nada más. El momento había llegado, quizá desde que había nacido, sus pasos lo habían guiado hacia ese instante de su vida.

—Perdónanos por la tardanza, Tian, Jeab quería preparar sus mejores platillos para ti— dijo Nam empezando a poner un montón de platillos deliciosos frente a él mientras que su esposa sonreía de forma alegre.

Jeab era médica también y según Nam, había pedido unos días libres en el hospital donde trabajaba para poder recibir a Tian en su casa así que el chico le sonrío de forma agradecida por haber preparado ese banquete para él. Tian sabía también que Jeab y Nam estaban esperando a su primer hijo y aquella noticia hacía sido maravillosa para todos en la aldea y también para los futuros padres quienes no dejaban de bromear con que Phupha tendría por fin un hermanito. Nam y Jeab eran ya una pequeña familia y era más que evidente que le estaban abriendo la puerta de par en par a Tian para que pudiera también formar parte de ella.

—No hay nada que disculpar, de hecho me siento un poco culpable por haberla hecho cocinar, doctora— dijo Tian de forma amable.

—No es molestia, tenía muchas ganas de conocerte. Y no me llames doctora, aquí solo soy Jeab— dijo ella sonriendo de forma deslumbrante—. Por cierto, pensé que tú y Phupha vendrían juntos, hace tanto tiempo que no lo veo. Desde que te conoció nos visita menos.

Tian sonrió y sus mejillas se sonrojaron un poco al entender la implicación en las palabras de su interlocutora. Jeab era hermosa e inteligente y al verla sonreír de aquel modo, Tian pudo entender perfectamente bien por qué el doctor Nam se había enamorado de ella desde la primera vez que la había mirado.

Cometas Por El CieloWo Geschichten leben. Entdecke jetzt