6. Sueños febriles

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NO REGRETS

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NO REGRETS.
capítulo 6: sueños febriles.

—Los caballos son su único medio para escapar ahí afuera, son extremadamente rápidos y mansos, no se asustan con un titán.

Calynn se introdujo en el establo seguida de los tres reclutas, la muchacha con la que compartía color de cabello tenía una mirada asombrada y brillante, ver a todos los caballos se comparaba a la de un niño en dulcería. La soldado se tomó su tiempo en pasar su mano por los hocicos de cada animal que pasaba como saludo hasta que llegó al suyo, Fenrir que estaba al fondo se acercó con la esperanza de salir de ahí. Aunque había sido entrenado para que al verla ya pensara que lo necesitaba. Ella le sonrió y acarició su crin.

—Son enormes —admiró el castaño pasando cada animal con cuidado, casi con temor, Isabel en cambio y sin importarle mucho que una de sus misiones esté ahí frente, se acercó a Calynn de un salto para ver de cerca a su caballo. Farlan y Levi se detuvieron cuando ella lo hizo, observaron la clara diferencia de altura entre ambas mujeres. Farlan anotó burlarse de su amiga, Beyhan era demasiado alta.

—Es hermoso, ¿es tuyo? —preguntó con la mano alzada pero temerosa de alguna manera, amaba los animales pero nunca había estado tan cerca de uno así de grande. Calynn asintió viéndola con una pizca de ternura—. ¿Cómo se llama?

—Fenrir, puedes tocarlo si quieres, lo máximo que te hará es lamerte —ofreció mientras ella rascaba su carrillo, el caballo de color marrón bufó como si gustara la atención que tenía.

Calynn lo sujetó con ambas manos y bajó su cabeza lo suficiente para que Isabel pudiera alcanzar. Al principio se acercó temerosa pero ni bien llegó a tocar el pelaje suave de Fenrir no hubo marcha atrás, soltó un chillido emocionada y comenzó a acariciarlo desde la garganta, el hocico hasta la cara.

—Ahora no te dejará en paz —advirtió la voz de quien reconoció como Farlan, Isabel lo ignoró, toda su atención estaba en Fenrir y en cómo al animal le gustaba su presencia.

Calynn se limitó a sonreír antes de alejarse a un lado, se acercó hasta otra caballeriza la cual abrió luego de fijarse en el nombre, no quería equivocarse y darle un caballo ajeno. El animal tenía el pelaje gris claro, de los pocos que no eran marrones, era delgado pero con la complexión perfecta para aguantar largas cabalgatas. Sin montura lo agarró de la crin caminando de vuelta hasta los demás, especialmente a Isabel.

—Este es para ti, se llama Lucky —presentó adelantando al animal para transpasarle. La reacción de Isabel fue lo más tierno que había visto que le dio risa, la más baja abrió los ojos y jadeó como si fuera el mejor regalo que le hubieran dado, tal vez sí lo sea, pensó. No tardó en alejar sus manos de Fenrir y llevarlas a Lucky.

Los dejó conocerse antes de volver a irse a otra caballeriza, esta vez trajo un caballo marrón dos tonos más claros que la de ella. Pasó a lado de la aún muy emocionada Isabel hasta los hombres, suspiró para ella misma acercando al animal hasta Farlan. Sorprendido por ello levantó sus manos lentamente para sujetarlo, su nuevo amigo de cuatro patas soltó un suspiro mirándolo atentamente, para cuando volteó para hablarle a la pelirroja esta ya no estaba, en cambio sacó a un caballo negro explendido, mucho más grande que los dos que había traído con ella. Su pelaje brillaba, sus ojos eran dos posos tan negros como la noche sin estrellas, los tres no habían visto muchos animales pero pudieron reconocer que aquel purasangre era el más hermoso que iban a ver en sus vidas.

Hallelujah | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora