13. El misterio de la mansión Koch

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WINGS OF FREEDOM

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WINGS OF FREEDOM.
capítulo 13: el misterio de la mansión koch.

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📍Mitras, Muralla Sina.
Año 838. Época de la Tropa de Reclutas.

La vida de Arian Koch se podría resumir como perfecta a los ojos ajenos, de familia noble y heredero de una gran fortuna que lleva generaciones cargando un gran peso, tenía todo un legado del que enorgullecerse. Su padre, Killian, era parte del consejo del Rey y todos le tenían mucha estima gracias a ello. Su madre, Lilyana, era una mujer de clase baja que tuvo la suerte de casarse y establecerse en tan alta sociedad. Pero Arian no se sentía para nada afortunado.

La mansión Koch se levantaba imperturbable delante de ellos, la reja se abrió al instante en que el guardia de la familia lo vió llegar, cruzó el arco de roca saludando al hombre en la entrada con un asentimiento. Su hogar era silencioso y calmado, un lugar demasiado grande pero esperado para una familia noble y mano del Rey como ellos, sin embargo, siempre le resultó solitario e inclusive algo triste.

El sendero de la entrada era lo suficientemente grande para que cruzara un carruaje, así que su caballo y el de su acompañante pasaron fácilmente. A los costados del camino se encontraban plantados, de forma cuidadosa, árboles cortados en forma de triángulo, estos se extendían hasta cerca de la casa en donde se abría una rotonda alrededor de una fuente de agua. El sonido de la corriente lo tranquilizó a medida que se acercaba, pequeños pajaritos a rayas, amarillos y azules se detenían a beber de la fuente, otros más audaces se zambullian para darse una buena ducha. Notó desde la distancia como una enredadera comenzaba a encaramarse por la estructura de la mansión, subiendo por unos tutores en forma de escalera que se extendían por toda la parte lateral de la casa. Eso es nuevo, se dijo. En sí, dentro de todo el terreno, era muy fácil encontrarse con enredaderas o trepadoras por cada estructura artificial o natural. Era su hábitat, al parecer, y crecía rodeando todo el lugar.

—Me ahogo en el dinero —exclamó dramático su acompañante observando todo a su alrededor y como de repente se sintió pequeño en un lugar tan grande.

—Tú tienes un invernadero, ¿qué dices? —acusó el jóven noble a lo que su compañero giró su cabeza hacia él con una sonrisa.

—Sabes que eso es la cosecha para la tienda, no es esto. —Abrió sus brazos señalando todo el lugar, aunque parecía acusarlo de vivir de esta forma, sus ojos brillaban con curiosidad, estaba encantado—. No me esperaba menos del señor príncipe.

—Te voy a echar del caballo, Dmitri —amenazó, a lo que el peliblanco soltó una risa divertida.

Era la primera vez que traía a Dmitri a su casa desde que comenzaron su relación, no deseaba encontrarse con su padre, no quería que Killian se entere de la existencia de Dmitri de ninguna manera, no le traería nada bueno y esperaba que se mantuviera así. Su madre le había mandado una carta hace unas semanas avisando que tendría la casa sola, su padre estaría fuera por mucho tiempo y fue una oportunidad que no iba a desaprovechar. Arian deseaba presentar a su novio con su madre, era la única quien le importaba, incluso las personas que trabajaban en la mansión eran más preciadas para él. Bajaron de sus caballos y Arian lo guió hasta el establo (porque claro que debía tener un establo), no había animales adentro lo que confirmó la ausencia de su padre en la casa. Killian Koch no montaba pero lo tenía para el carruaje y para presumir ante los demás.

Hallelujah | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora