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"No importa si tienes a alguien más, solo necesito que me mires."

 -Everything de Scrubb

El tiempo es muy divertido, a veces va lento y monótono tan aburrido que solo quieres agarrar el reloj y mover tu mismo las manecillas, hasta que ocurra lo que estés esperando. Se burla de tí, sobretodo.

Quizá por eso Yibo no podía parar de ver el reloj cuando la hora de ir al gimnasio se acercaba, sus ojos le jugaron malas pasadas varias veces, viendo minutos que aún no llegaban.

Dejó la televisión prendida sin ver nada realmente, solo quería irse ya, pero tenía que esperar que su madre volviera de comprar para avisar su ida y para cuidar la comida que se calentaba en la cocina. La patineta estaba colocada al lado de la puerta y le echó varios vistazos hasta que por fin la manecilla de la puerta giró para dar lugar a su madre.

Se levantó del sillón y corrió a la puerta, agarró el skate con una mano y dejó a su madre pasar.

—Adiós, mamá, vuelvo tarde. —Cerró la puerta detrás de él con una sonrisa tirando de sus labios.

La señora Wang dejó caer la bolsa de compras al escuchar la puerta cerrarse, una expresión de sorpresa se dió en su rostro, más que enojo, se preguntaba qué le pasaba a su hijo ese día. Desde la mañana, hasta volver de la escuela, lo había visto muy...enérgico.

Tendría que preguntar, recogió las bolsas de nuevo y el calendario entró en su campo de visión. Nadie lo había movido desde hace días, así que lo acomodo hasta la fecha de ese día.

15 de enero

Yibo llegó justo a tiempo al gimnasio, para su mala suerte

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Yibo llegó justo a tiempo al gimnasio, para su mala suerte.

Quería llegar un poco antes para saber a qué hora se encontraría con Xiao Zhan, pero el entrenador al verlo, lo hizo pasar e iniciar con sus clases del día. Se perdió varias veces durante la clase, no escuchó mucho pero aún así demostró los movimientos que había aprendido la semana anterior con perfección.

—¡Vas mejorando! —lo felicitó el entrenador, Yibo habló un poco más con él sobre tips para mejorar su postura, pero su mente se escapaba fuera del gimnasio.

¿Qué estaría haciendo Xiao Zhan? ¿Igual lo estaba esperando?

Fue una tortura esperar a que la clase terminara, una vez el entrenador los despidió, Yibo desapareció en los vestidores, se olió la camisa frente al espejo procurando que no apestara a sudor y cuando estuvo satisfecho agararró su mochila, salió del lugar por la puerta trasera como el día anterior.

La luz y el aire frío lo hicieron temblar, se ajustó la chaqueta, tratando de calmarse.

Camino hasta el lugar donde se había sentado el día anterior, el aire estancandose en su pecho, dificultando que pudiera respirar. El lugar solo estaba un par de metros lejos y desde que Yibo volteó en la esquina podía ver a Xiao Zhan sentado ahí.

Gracias A MamáWhere stories live. Discover now