Amor.

139 23 17
                                    

Al siguiente día, tras completar mi turno en la BSAA, pasé a ver a Nivans. 

—Toc, Toc —dije antes de pasar. 

—Chris —sonrió—. Hola, ¿por qué te fuiste ayer tan de repente? 

—Me llamaron para una misión. 

—¿Te vas a ir? 

—Quizá solo por unos días. 

Su semblante alegre cambió. 

—¿Por qué estás triste? 

—Dijiste que estarías conmigo en la recuperación, pero sólo te noto distante y ahora te irás a una misión. 

—Lo siento, he tenido muchos choques de sentimientos. 

—¿Está todo bien? 

—Sí. Además no te sientas mal, Merah estará contigo y ya no podré interrumpirlos —le dije con picardía. 

—Basta, capitán, tú nunca interrumpes. 

<<No lo negó>>.

—Estarás bien con ella. 

<<Necesito oírte decir que la quieres a ella>>.

—Pero no eres tú —me miró a los ojos. 

Desvíe la mirada. Comencé a sonrojarme. 

—Piers —comenté mientras golpeé con suavidad su hombro. 

—Solo digo la verdad —ambos reímos. 

—¿Cómo vas con ella? 

<<Solo tengo que escucharlo>>.

—¿A qué te refieres? 

—Bueno, es linda y muy atenta contigo. 

—Sí, es bastante linda —se quedó callado unos segundos—, ¿crees que haríamos buena pareja? 

—Esa decisión es solo tuya. 

Abrió la boca para hablar pero fue interrumpido por mi. 

—Cambiando de tema —<<ya no quiero hablar más de ella>>—, te tengo una sorpresa —sonreí. 

—¿Cuál? 

—Espero que te guste. 

Salí de la habitación para ir a mi carro, saqué una caja grande y corrí para volver con mi teniente. Entre y se lo entregue. 

—Ábrelo. 

—Gracias, Chris. 

Comenzó a desenvolverlo, abrió la tapa y se quedó boquiabierto. Por fin me entregaron el brazo robótico que mandé a pedir. 

—Chris, esto es demasiado —lo tocó, parecía que quería comprobar si era real. 

—Solo hay que adaptarlo a ti, así cuando aprendas a moverlo podrás volver a mi lado, digo, a trabajar con la BSAA. 

—Muchas gracias —despegó sus labios para hablar pero fue interrumpido por la entrada de la doctora. 

—Hola —saludo—, hemos estado checando todos tus signos, parece que ya estás bien así que te daremos de alta. 

—¿De verdad? —preguntó Piers sonriente. 

—Claro, puedes irte ya mismo, solo haré un papeleo antes, mientras tus cosas están aquí —le entregó una bolsa con ropa. 

I'll find you. Where stories live. Discover now