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-Luci bubu- la voz burlona de Carlo se escucho por todo el pasillo

-vuélveme a decir así- sentencie

- ¿y qué? ¿Qué me harás?

-¿Ya te dijo Carlo? - la voz de Silvie me llego por detrás

-¿Decirme que?

-Apenas se lo iba a decir Silvie, literal te lo acabo de comentar hace 5 minutos- Carlos le lanza una mirada de frustración a Silvie y esta ríe- nada, que le dije a Silvie que creo tengo a la amiga perfecta que podría presentarte-

-No lo sé, ¿es muy pronto no? - la verdad es que aun no me acostumbraba a California, apenas empezaba a hacer amigos como para empezar a salir con alguien mas

-Muy pronto para que, si solo es una salida, aunque bueno, ¿ustedes se llevan el camión de mudanzas desde el primer encuentro no? -

- ¿Nosotras quienes? ¿Las lesbianas? - no me di cuenta de que a mi lado iba pasando la mujer que me quitaba el aliento y me ponía nerviosa con solo mirarme ¿me habrá escuchado? La verdad es que no dio indicio de haberlo hecho, pero eso no evito que me callara de golpe y me llevara las manos a los bolsillos.

-¿Viste un fantasma o algo? - Silvie y Carlo se encontraban frente a mi viéndome confundidos.

-No no, es solo que me vino un fuerte dolor de cabeza, es todo.

-Deja de pensar tanto las cosas y di que si- Carlo me toma por los hombros y dejando atrás a Silvie me conduce al salón donde se encontraba Emma Spencer a punto de dar la clase.

-Lo pensare- y con eso concluí el tema con Carlo esperando que decidiera no volverlo a tocar.

La clase concluyo antes de lo previsto, Emma se excuso diciendo que tenia una emergencia, al momento en el que todos empezaban a salir del aula no pude evitar escuchar la conversación que la profesora había atendido al teléfono en su escritorio.

-¿Cómo que el auto no estará listo? lo deje en la agencia desde ayer en la tarde con la promesa de me que lo entregarían hoy...- se escuchaba molesta y un poco frustrada, podía notarla por la manera en que restregaba la frente con sus dedos- de acuerdo- resoplo- de acuerdo iré hasta mañana, gracias.

-Puedo ayudarla en algo? - sin darme cuenta me había quedado escuchando mas de lo debido y el salón se había quedado vacío.

-¿en que me podrías ayudar tu?- su manera de contestar, la manera en la que ni siquiera dirigió su mirada a mí, ni cuando le pregunte y mucho menos cuando contesto, me hizo querer enterrarme en el hueco mas hondo que encontrara y no volver a salir de ahí, decidí dirigirme a la puerta sin contestar su pregunta, porque ¿Qué podrías contestar a eso?- disculpa- una mano me detuvo antes de salir- disculpa no era mi intención contestarte así, es solo que...-

-No se preocupe- interrumpí- no tiene que darme explicaciones, cometí un error al escuchar de más- le devolví la sonrisa más falsa que encontré en mi repertorio de reacciones.

- No no es eso, yo te la quiero dar, es solo que estoy algo atareada y llena de pendientes, tengo que ir a la inmobiliaria a ver la casa y la agencia donde deje mi auto en servicio olvido darle prioridad y me lo entregaran hasta mañana, ahora tengo que pedir un taxi y me pone de nervios, disculpa la pague contigo y solo tratabas de ayudar- su rostro se había tornado gentil, sus disculpas realmente parecían reales, al fin y al cabo, no era perfecta, casi, pero no lo era.

- ¿Le pone nerviosa tomar un taxi?- reí

-Fue lo único que escuchaste de todo lo que te dije- arqueo las cejas.

A Emma le gustaba LuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora