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-mhmm- Emma ahogaba aquellos sonidos de placer en su garganta mientras yo depositaba besos en la autopista imaginaria de su cuello hasta sus hermosos pechos, pasando mi lengua por encima de su sujetador-Oh...- subí mi mirada solo para ver cómo Emma tiraba su cabeza hacia atrás y enredaba sus dedos en mi cabello. Mordí el borde del sujetador para así bajarlo sin ayuda de mis manos, que en este momento se encontraban ocupadas tratando de desabrochar el pantalón de Emma, logrando así rozar con mis labios aquella aréola que tantas veces quizá imaginar, sin duda, es mejor de lo que nunca imagine, tengo la intención de detenerme un rato ahí pero al sentir como las manos de Emma reclamaban mis labios en los suyos no me pude negar.
Emma recibió mis labios en un beso intenso, la fuerza con la que los succionaba hacia que el sonido de estos fuera audible, tanto que solo con eso podría lograr correrme.

Siento como las caderas de Emma buscan las mías con tanto esfuerzo que tengo que sostenerme de las sábanas para no caer encima de ella, lo que hace que mi cometido de quitarle las prendas que ya estorban se vea interrumpido.
No tiene intenciones de dejar ir mis labios cuando noto que una de sus manos viajan hasta sus pantalones para deshacerse de ellos con un poco de dificultad por la posición, me separo de ella y la veo divertida, Emma quiere esto tanto como yo, esta desesperada por esto tanto como yo, me coloco a horcajadas sobre ella sentándome sobre su pelvis con mi centro y me detengo ahí, mirándola desde esa posición, tiene el sujetador sobrepuesto en uno de sus senos y el otro tapándole justo abajo del pezon, me mira como diciéndome "¿por que coño paras? Y es que no me atrevo a decirle que necesito tomar tantas fotos mentales a como sea posible, quiero recordar el día que tuve a Emma Spencer para mi.

Veo como sus manos se posicionan una en cada uno de mis muslos y los aprieta para así poder  buscar el roce que tanto ella como yo necesitamos. Antes de que pueda lograrlo me incorporo al pie de la cama para quitarle de una vez por todas aquel denim oscuro que tan bien le amolda sus piernas para dejarme verla en su ropa interior combinada, Emma es tan hermosa, tan perfecta, a juzgar por las líneas en su abdomen y sus piernas marcadas, se y estoy segura, que se pasa más horas en el gimnasio de lo que yo me paso durmiendo, aquel rojo de sus bragas es más oscuro donde comienza su centro. Sonrió ante aquello y Emma parece darse cuenta y avergonzarse un poco al cerrar las piernas.
Me incorporo de nuevo encima de ella atacando de nuevo esos labios a los que temo volverme adicta, con mi rodilla derecha separo las piernas de Emma para lograr colocar mi pierna entre las suyas, de un momento a otro siento como Emma posiciona ambas manos en mi trasero, logrando clavar sus uñas en mi piel, el dolor es tan placentero que dejo que se me escape un gemido tan sonoro que no me sorprendería que los de arriba lo escucharan, logrando así, juntar nuestros centros.

Esto, señores y señoras, esto es el paraíso.

Las embestidas empiezan siendo pasionales para volverse desesperadas, Emma mantiene sus uñas clavadas en mis nalgas y yo por otro lado me sostengo de las sábanas para no perder el equilibrio.

-Lucia mas!...

Se y estoy segura que Emma y yo lograremos llegar juntas a la meta, al notar como se le es casi imposible ahogar sus gemidos y al combinarlos con los míos, esa voz, aquella voz que tanto me hipnotizaba con tan solo decir mi nombre, ahora me está pidiendo que que vaya más rápido.

-Lucia, carajo me...-siento como su cuerpo al igual que el mío se tensa, deja de clavar sus uñas para llevárselas a su rostro y ahogar aquel gemido, que hubiera pagado por escuchar, entre sus manos, yo por otro lado cedo ante la gravedad dejándome caer por encima de su cuerpo. A como mis articulaciones me hicieron posible intenté aferrarme a su cuerpo, colocando mi cabeza encima de su pecho, nuestros cuerpos temblorosos y jadeantes trataban de recuperar el ritmo normal de la respiración y yo solo quería dejar en bucle este momento, encima de la piel desnuda de Emma, escuchando su corazón palpitar tan fuerte que aturde mis oídos y mi cabeza moviéndose al ritmo de la respiración agolpada de su pecho, este es el lugar perfecto.
Al cabo de unos minutos noto como sus dedos empiezan a jugar con mis cabellos y alzo mi cabeza para mirarla.

A Emma le gustaba LuciaМесто, где живут истории. Откройте их для себя