Capítulo 15

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Su voz, como siempre, sonando autoritaria

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Su voz, como siempre, sonando autoritaria.

—No puedo, estoy ocupada —espeto con valentía, ya que estoy en un lugar donde hay muchas personas, no creo que él pueda hacerme algo.

—Baja al...

Ciao, stronzo (adios, imbecil). —Cuelgo, interrumpiendo lo que sea que iba a decirme. Él no es el dueño de mi vida, yo puedo hacer lo que quiera, él no manda en mi miserable vida.

Me decido a regresar al salón donde se está celebrando el compromiso, pero en mi camino me cruzo con un hombre como de cuarenta muy ebrio, lo digo porque se le dificulta caminar.

Intento pasar sin prestarle mayor importancia, pero el hombre, tomándome por sorpresa, me sujeta del brazo y me empuja, haciéndome chocar contra la pared.

Me asusto y trato de soltarme de su agarre, pero no lo consigo. El hombre se acerca a mi rostro y trata de pasar su lengua por mi mejilla. Imágenes del asesino abusando de mi llegan a torturarme y entro en pánico. Forcejeo como puedo, pero este hombre me tiene acorralada. Las lágrimas se me escapan junto a gritos de auxilio, pero nadie me escucha debido a la música.

Estoy sola en uno de los pasillos y a punto de ser nuevamente violada por un desgraciado. El hombre me sujeta con fuerza, apegándome a su cuerpo, y comienza a caminar.

—Vamos, preciosa, nos vamos a divertir mucho —masculla intentando llevarme a quién sabe dónde. Sigo luchando para impedir que me lleve y consigo darme la vuelta, pero él solo aprovecha esto y comienza a restregar su miembro en mi trasero.

Asustada y desesperada intento separarme, pero él solo se ríe y mi cuerpo tiembla cuando siento cómo mete su mano por la abertura de mi vestido y toca con su asquerosa mano mi feminidad. En otro intento por liberarme giro mi cuerpo, quedando frente a frente y viendo su expresión morbosa sobre mi cuerpo. Levanto mi rodilla y con fuerza golpeo su entrepierna. Él hombre me suelta de inmediato y lo siguiente que se escucha son sus exclamaciones de enojo. Aprovecho que está mal por el golpe y corro lejos de él. ¿Por qué me tiene que pasar esto?, ¿qué estoy haciendo mal?, ¿por qué todos los hombres quieren abusar de mí?

¿Acaso tengo un letrero en mi frente que dice "viólame"?

Camino por los pasillos hasta llegar al gran salón, veo entre lágrimas como todos se divierten y son felices, y yo desde un rincón trato de vivir una vida que es una mierda. Nadie es capaz de notar mi presencia, o de escuchar mi llanto.

Me limpio las lágrimas, pero el nudo que tengo en la garganta aún permanece. Quisiera gritar todo lo que me está pasando, pero por alguna extraña razón no puedo. Sé que nadie va a escuchar mis gritos. Nadie vendrá a salvarme.

Tomo asiento en una solitaria mesa y para tratar de calmarme, sigo tomando vino.

Han pasado unos minutos en los cuales he estado en una especie de trance, pero el sonido de mi celular timbrando me hace reaccionar.

La Sonrisa Del Mal [#1] YA EN FÍSICOWhere stories live. Discover now