CAPÍTULO 3

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ADRIANO

Estoy en el subterráneo , un lugar donde se llevan a cabo peleas ilegales, veo que el lugar ya está bastante lleno, en la jaula está mi hermano peleando con otro hombre que es más grande que el, el hombre le propina un rodillazo en las costillas y mi hermano cae a la lona pero antes de que logre golpearlo de nuevo, Alessandro golpea su rodilla y cae con fuerza, el tipo se saca una navaja de su zapato y le da un navajazo a mi hermano en su pierna luego mi hermano le toma el brazo con el que sostiene la navaja y de un movimiento fuerte y preciso se lo quiebra, Alessandro toma la navaja y se la inserta en un costado varias veces hasta que el hombre deja de moverse, y yo solo puedo sonreír con orgullo por el pues yo lo entrené junto a papá para que supiera lo que sabe hoy, de pronto el subterráneo se llena de gritos por la victoria de mi hermano. Ya en los vestidores le digo:

—Buena pela Alessandro, así se hace .

—Gracias aunque ya sabes soy invencible, bueno contigo no tanto— se ríe, miro su pierna sangrando—. Dile a Gerónimo que te cure esa herida, podría infectarse.

—Si jefe— me contestó riendo, el muy cabrón.

—Por cierto, ¿Cómo te fue en la cena con la pequeña fiera?— me pregunta con curiosidad y recuerdo el momento en el que la vi con ese vestido que resaltaba sus perfectas curvas, joder se me puso dura con solo imaginarme esas elegantes piernas alrededor de mi cadera mientras la follaba con fuerza susurrando le cosas sucias y quitarle esos humos de niña mimada que tiene...

—!Ey¡, te pregunté que cómo te fue— Alessandro interrumpió mis deliciosos pensamientos y casi me molesto por eso. 

—Me fue bien pero joder pequeña fiera saco las garras cuando le dije que no se fuera a enamorar de mi— mi hermano me miró con desconcierto.

—Oh, es que viviremos juntos, eso dijo su padre— Alessandro frunció el ceño.

 —Por eso se lo dije, no quiero que confunda las cosas, esto es solo un matrimonio de conveniencia, vamos tenemos que irnos, Quevedo nos está esperando en la camioneta.

🐉🐉🐉

Llegamos a mi apartamento y Gerónimo, el doctor de la familia le está curando la herida en la pierna, que al parecer el idiota le hizo con una navaja oxidada y eso le puede causar una infección

—Auch, doctor eso duele— se queja Alessandro.

—Tu te lo buscas peleando ahí en ese lugar— le contesta el doctor, la verdad es que a Gerónimo lo consideramos con un tío, ha estado como doctor de la familia desde que nosotros nacimos, mi hermano se vuelve a quejar, quien lo viera pensaría que es un tipo normal, no que es un sádico asesino.

Sin decir nada me voy al baño, necesito estar listo para la no cita que tengo con Zaila, me visto con una camisa blanca, traje negro y una pajarita del mismo color, y estoy listo para partir.

Me subo a mi McLaren y doy rumbo hacia la casa de Zaila, cuando llego a su casa sus guardias me reciben y la espero recargado en mi auto, pasados unos minutos la veo salir, lleva unos jeans negros, junto a una sudadera del mismo color, camina con una seguridad que hipnotiza, destila fuerza y poder, joder que es hermosa.

—Te ves sexy pequeña fiera—digo cerca de su oído y siento como se estremece, pero enseguida se aparta bruscamente.

—No te acerques, no quiero que me pegues alguna enfermedad ,vamos.

Se sube al auto y arranco hacia el restaurante al que vamos , después de unos minutos aparcamos frente al restaurantes, doy la vuelta al coche y le abro la puerta, entramos al local y tomamos asiento en una mesa cerca de una ventana, la mesera nos ve y se acerca a nosotros

—Gusta ordenar algo señor— dice la mesera en voz coqueta conmigo sin prestar atención a Zaila, puedo ver el rostro de la pequeña fiera, tornándose serio, le molesta el descaro de la mesera.

—No lo se, puedes preguntarle a mi esposa, que vamos a comer amor— al llamarle por esta última palabra el enojo es más visible en su rostro.

—Quiero una pasta de quesos y un vino tinto por favor y para mi esposo lo mismo— dice recalcando la palabra esposo, me da gracia cuando saca las garras, tiene un carácter difícil pero estoy seguro que voy a domarla.

—Claro enseguida le traigo sus platillos—. la mesera se retira incómoda y yo río.

—¿Por qué fuiste tan maleducada con la pobre mesera ? , acaso estás celosa—digo con diversión.

—Claro que no, es cuestión de respeto, se te estaba ofreciendo delante de mí, es irrespetuoso eso sí me molesta— voltea su cabeza y deja de mirarme.

—Sabes, quiero que pongamos unas cosas en claro, si vamos a hacer esto es mejor que dejes a tus mujeres, yo no voy a ser la burla de nadie, ¿comprendes?— sus palabras están llenas de seguridad y convicción.

—Claro pero tu también tendrás que dejar de salir con quien estés, si están con alguien claro está, no soporto las traiciones.

La mesera acerca nuestros platillos y comenzamos a comer en silencio, de pronto balazos suenan por todo el restaurante, abrazo a Zaila y la tumbo al piso, saco mi arma y la veo sacar una pistola de la parte de atrás de su pantalón, uno de los disparos impactó en su brazo y me apresuro a sacarla de aquí, porque esos hijos de puta nos tomaron distraídos, disparo al azar cuidando de que ninguna bala nos impacte un cabrón se acerca pero logró darle un disparo en la cabeza antes de que logre su cometido, llegamos al carro y arrancamos del lugar esos cabrones acaban de herirla y me infunda una rabia enorme.

—Joder esto arde— dice en un quejido, mierda, su brazo está sangrando mucho. 

—Aguanta joder ya casi llegamos, le llamaré a Gerónimo para que te atienda.

—¿Quién es Gerónimo ?

—Es el médico de la familia no te preocupes él te atenderá bien, ella solo asiente y sostiene su brazo herido.

Cuando llegamos al departamento Gerónimo ya está en la sala esperándonos, en cuanto la ve se acerca a ella y la sienta en el sofá, él se apresura a curarle la herida, Zaila se queja mucho pero me sorprende que no llora solo gime de dolor.

—Ya está, ella está bien no te preocupes solo cómprale el medicamento que está en la receta si y que repose su brazo— asiento y Gerónimo sale del departamento mientras Zaila le grita gracias.

—¿Cómo te sientes? 

—Podría estas mejor, pero bien— contesta y es la primera vez que la veo sonreír y joder sonriendo es aún más hermosa.

Te juro que me enteré quien fue el hijo de puta que te hizo esto y voy a matarlo, ¿entiendes?— da un asentimiento rápido y es bueno que me crea porque lo que es mío nada lo toca.


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