CAPÍTULO 30

4.3K 256 57
                                    


Holiii pecador@s volvi con un nuevo capitulo, uno largo y tenso... L@s amoo mucho...

🦖🖤VOTA Y COMENTA SI TE ESTA GUSTANDO LA HISTORIA🖤🦖

Adriano

Me remuevo incómodo entre las sábanas cuando siento la luz del sol pegar contra mis ojos. Los abro lentamente pistas luego cerrarlos otra vez.

Siento a mi mujer removerse contra mi pegando su culo a mi ingle. Se mueve de forma lenta como si estuviera tratando de acomodarse.

Si, "cómo", porque sé que está despierta, aunque tenga los ojos cerrados. Cuando estés dormida su respiración es diferente. Soy consciente de cada mínimo detalle que hay en ella.

—¿La fiera amaneció juguetona hoy? —le pregunto con la voz ronca y baja.

—Un poco—dice con una risita muy baja.

—Sabía que estabas despierta.

Pongo mi palma abierta sobre sus glúteos y la aprieto con fuerza, Zaila hecha la cabeza hacia atrás y se pega más a mí. Si eso es posible.

Le encanta que sea rudo con ella.

Abro mis ojos y se gira entre mis brazos, tengo está estúpida costumbre y tal vez cursi, de esperar a que esté frente a mi para abrir mis ojos y el precioso verde sea lo primero que vea por las mañanas.

Sonríe y me da un poquito, muy corto para mi gusto. La tomo del cuello sonriendo y acerco su rostro al mío para besarla bien, pero el maldito timbre del teléfono nos interrumpe.

Pongo los ojos en blanco y suelto un bufido. Cruzo mis brazos a la altura de mi pecho y me siento recto en la cama. Zaila suelta una risita y niega con la cabeza para luego estirarse para tomar su teléfono.

—Guten Morgen Ritter.

Responde Zaila en un idioma creo es alemán.

—Was ist passiert? Hast du irgendwelche neuen Informationen bekommen?

Mi fiera nuca deja de sorprenderme, pero es que joder habla con un acento tan marcado que debo de decir que su voz suena autoritaria.

Por un momento se queda callada y una sonrisa florece en su boquita.

Entrecierro los ojos.

—¡Scheiße, ich wusste, dass du das kannst!

Se para de la cama y pega un brinco. Seguido de un puño levantado.

—Danke Ritter. Vielen Dank für alles, ich schätze all Ihre Hilfe, Sie haben keinen Grund mehr, mir zu helfen, aber Sie haben es trotzdem getan. Vielen Dank.

Sonríe, pero está es una sonrisa auténtica, melancólica, de esas sonrisas que te arrancan desde el amla .

—Auf Wiedersehen, Ritter, ich hoffe, Sie bald zu sehen— dice y con eso cuelga el teléfono.

—¿Qué sucede, Zaila? ¿Por qué la sonrisita? —pregunto desconcertado.

—Ya se en dónde está tu hermano. Nos vamos por él.

—¿Quién te lo dijo?

—Ritter.

Contesta de manera rápida.

—¿Hoy si me dirás quién es Ritter?

—Hace tres días te dije que Ritter es un viejo amigo, hoy te digo lo mismo. Ya basta, Adriano.

Me acaba de callar en pocas palabras.

—No, no basta—digo mientras me pongo de pie—. Estos días has estado nerviosa y no mientas diciendo que la razón de tu nerviosismo es por el secuestro de Alessandro, porque eso lo estás llevando muy bien.

RAMÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora