CAPÍTULO 16

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ZAILA

— A ti te estaba buscando princesita.

Le doy un cabezazo y su cabeza se hace hacia atrás, detiene su nariz con su mano, y aprovecho para darle una patada en sus partes nobles, cae de rodillas y me dispongo a correr pero me agarra el pie y caigo al piso, se trepa encima de mi y me da un puñetazo en mi rostro, se me voltea la cara por el impacto pero no me dejo, le doy un codazo en su mandíbula y se mueve un poco, eso me da la posibilidad de tocar mi muslo en busca de la navaja que llevo, la tomo y me ve, mueve su mano atrapando la mía y forcejeamos para quitarla, subo mis piernas a su cuello y las aprieto aplicado presión, me doy la vuelta y quedo sobre él, me da un golpe al costado que me debilita, ni así suelto la navaja.

—Ah, hijo de puta— golpea mi brazo para que suelte el objeto, me resisto y no lo hago.

—Así que eres una fiera— escuchar ese apodo de su boca me suena repugnante.

—No me llamas así puto zafado de mierda— logro quitármelo de encima y le doy un navajazo el en brazo, una sonrisa macabra aparece en su rostro, joder esta loco.

Le apunto con el único objeto que me da seguridad ahora mismo, solo sonríe viendo lo que sostengo en mi mano, para después posar su asquerosa mirada en mis pechos.

—Vas a pagar tu, lo que él me hizo— se deja venir contra mi y caemos los dos al piso, seguimos peleándonos, lucho cada segundo que pasa. La navaja cae de mi mano y sonríe, corre hacia ella pero antes que la alcance saco otra de mi muslo y se la lanzo, la navaja le da en un costado del abdomen y cae al piso de rodillas.

No se de donde saca una pistola y me dispara en mi pancita, mierda, caigo de espaldas y me arrastro hacia atrás buscando el pasillo de la salida, sigue sosteniendo su herida, parece que le he dado en un buen lugar pues suelta quejidos y trata de ponerse de pie, abro mi vestido, no importa que me vea y del cinturón que porto en mi cintura saco un cuchillo, su arma se cayó a unos pasos de él al sostener su herida, veo que hace un ademán por alcanzarla pero antes de que la toque lanzo mi cuchillo y se mueve pero alcanzo a herirlo en el brazo, el arma blanca se ha insertado en su extremidad, me paro enseguida y por fin logro ver el pasillo, veo la puerta y  como puedo corro hacia ella.

Por estar peleando no me había dado cuenta de que muchas personas corren y gritan por todo el salón, se escuchan muchos balazos por todo el lugar, llego por fin a la salida y veo que hay un tiroteo fuera.

Adriano está junto al señor disparando a otros hombres, me preocupa salir y que me impacte alguna bala pero no me puedo quedar adentro con ese loco, salgo del local y trato de correr hacia mi hombre pero mi cuerpo ya no lo soporta, chorros de sangre siguen saliendo de mi, caigo hacia el piso, todo a mi alrededor pierde lugar y se vuelve completamente negro.

Adriano

Veo a mi mujer salir de ese maldito lugar y quiero correr hacia ella para tomarla en mis brazos y ponerla a salvo pero me es imposible con tantos disparos, mierda esta herida y demasiada sangre empapa desde su estómago hasta sus pies, puta madre, corro hacia ella si importar nada,  la veo caer hacia el piso y mierda un terrible miedo me recorre el cuerpo entero acelerando mi corazón .

Los hombres de Santoro me cubren para que pueda ir por mi Zaila, la tomo en mis brazos y la cubro en mi cuerpo para que nada le pase, corro hacia el carro lo más rápido que puedo con ella en brazos, paso mi mano por mi bolsillo trasero buscando las llaves y cuando las encuentro toco un botón para quitar el seguro de las puertas, la coloco en el asiento del copiloto, una bala impacta en la puerta de mi auto y me agacho, joder, me asomo un poco y disparo al puto que trató de herirme, rodeo el carro y subo, arranco a toda velocidad mientras una lluvia de disparos cae sobre nosotros.

RAMÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora