CAPÍTULO 14

25.6K 1.9K 3.5K
                                    

Feliz cumpleaños, mi arañita.

No Goodbyes- Dua Lipa

¿Cuántas copas llevo? Creo que el barman está diciéndome algo, pero sus labios se mueven tan lento que me cuesta entenderlo. De hecho, yo también me muevo a cámara lenta. Parpadeo demasiadas veces mientras me masajeo las sienes, como si eso fuese a disipar la bruma que reside en mi cabeza ahora mismo.

—Otro.

Porque ya puestos a beber, mejor arrasar con todo.

—Ni se te ocurra.

No tengo que girarme para saber quien habla, es él. Un maldito aguafiestas. Se sienta a mi lado haciéndome llegar su maldito olor a menta y sándalo y tengo que usar la poca fuerza de voluntad que tengo ahora mismo para que no se me escape un jadeo al sentir el impacto de su olor. Siempre ha olido jodidamente bien.

—Uno de lo que estaba tomando ella y un vaso de agua para la borracha aquí a mi lado.

Me giro fulminándolo con la mirada y aporreo su brazo con mi bolso. Emite un sonido de dolor que sé que es falso mientras se frota la zona golpeada. Me mira con diversión dibujada en el rostro.

—Vete a la mierda.

—Prefiero quedarme aquí. —recibe el vaso de tequila que le tiende el barman. —La mierda es un sitio demasiado bajo para alguien como yo.

—No te creas, yo creo que es perfecto para ti.

Una risita incrédula se le escapa. El barman planta frente a mí un vaso de agua, lo miro como si fuese una vil cucaracha y Aiden me hace un gesto con la mano invitándome a beber. Agarro el vaso con fuerza, tanta que temo romperlo, y se lo vuelco todo encima de su atractiva y perfecta cara.

¿Atractiva y perfecta cara? Estoy muy borracha.

—Lo cierto es que empezaba a tener un poco de calor. —dice, ignorando el hecho de que acabo de lanzarle un vaso de agua encima. —Gracias, Katherine. Siempre has sido muy considerada conmigo.

Utiliza el bajo de su camiseta para retirar el agua de su cara y se concentra de nuevo en su bebida y en hacer descender el líquido por su garganta. Sus dedos recorren el filo del vaso de una forma hipnótica y la manera en que los anillos de plata reflejan la luz me deja atrapada. Él se da cuenta y utiliza mi aturdimiento en su favor.

—Respóndeme Katherine, ¿Por qué los escorpiones? ¿Por qué me quitas lo única cosa que tengo de verdad?

Relamo mis labios antes de responder.

—El problema es ese Aiden, que te piensas que era tuyo, que te lo merecías. —respondo con sinceridad. —Y eso tampoco es tuyo, da igual que te merezcas ser el líder. Los escorpiones no dejan de ser una organización de Nikolai, y él me la ha dado. Me la he ganado y no solo por mi genética.

—Ilumíname, ¿qué has hecho acaso tú para merecerlo?

Levanta las cejas con escepticismo y mientras toma de su tequila no despega su atención de mí.

—Aprovecharme de las situaciones y volverlas a mi favor. —lo miro con la misma fijación que él a mí. —Esa noche no tenía ningún plan maestro, nada más que yo y mis palabras. Entonces, el destino me presentó una jugada que no dudé en tomar. Que Berat me conociera de antes, que sintiese un extraño interés, que ganara esa partida...fueron cosas que se presentaron ante mí y que yo usé. —mi dedo acaba apuntando su pecho, donde su corazón late con fuerza. —El error fue vuestro por ser débiles y no ser capaces de convencer a vuestros aliados de permanecer junto a vosotros. Eso me dio la posibilidad de aprovecharme y ahora, tú eres mío. Los escorpiones son míos.

El Juego del Escorpión #2Where stories live. Discover now